lunes, 2 de enero de 2012

LA GRECIA DE DELACROIX

Grecia expirando sobre las ruinas de Missolonghi (1826)


Hasta el próximo día 15 de enero puede contemplarse en el espacio de CaixaForum de Madrid la exposición titulada "Delacroix (1798 - 1863)". La muestra reúne más de cien obras del artista francés, considerado como el más grande pintor que produjo el romanticismo, entre las cuales hay algunos de sus óleos más conocidos como "Grecia expirando sobre las ruinas de Missolonghi" (Museo de Bellas Artes, Burdeos), uno de los bocetos de la "Muerte de Sardanápalo" (Museo del Louvre, París) o "Las mujeres de Argel en su aposento" (Museo del Louvre, París), excepcionalmente prestada para la muestra.

Dramatismo, exotismo, movimiento y color definen el programa de un artista que se presentaba a si mismo como un revolucionario, enfrentado a las rígidas convenciones del arte neoclásico. Delacroix fue el primer pintor moderno, visceral y apasionado, que trasladó a la tela la renovación espiritual del romanticismo.
 
Como la mayoría de artistas románticos, Delacroix simpatizó con la lucha de los griegos por su liberación de la ocupación otomana y nos dejó excelentes obras relacionadas con estos acontecimientos, así como también algunos temas mitológicos.

En "Grecia expirando sobre las ruinas de Missolonghi" -obra que encabeza la presente entrada- , Eugène Delacroix nos presenta una sola figura monumental; una personificación alegórica de Grecia, de pie durante el sitio de Missolonghi (donde Lord Byron había muerto), clamando en silencio por la ayuda de Occidente. En 1826, Missolonghi fue nuevamente atacada por los turcos mediante un asalto tan aplastante que sus defensores, más que rendirse, reventaron los muros y destruyeron la ciudad y a sí mismos con ella. Esto provocó en Occidente una nueva ola de agitación en favor de la causa griega.  La alegoría explícita permitió a Delacroix reintegrar el cuerpo de la mujer oriental como emblema heroico. Baudelaire reaccionó ante este cuadro afirmando que poseía "la audacia de Miguel Ángel y la fecundidad de Rubens". Delacroix completó el cuadro en sólo tres meses. 


 La masacre de Jíos (1824)

La obra constituye una ilustración espectacular del entusiasmo levantado entre la juventud romántica por la sublevación del pueblo griego contra los invasores turcos, inspirada directamente en la salvaje represión turca de los habitantes de la isla de Jíos, en abril de 1822. Muy afectado por las masacres perpetradas en Grecia por los turcos, Delacroix denunció con este cuadro los crímenes contra la humanidad, gesto que imitó su ferviente admirador, Pablo Picasso, más de cien años después en su representación de la masacre de Guernica. El pintor francés representó un paisaje calcinado por el fuego que agranda la desolación de un grupo de prisioneros griegos que esperan su propia ejecución. El color potencia el tema con sus múltiples matices. Prima el espíritu del pueblo, el sentimiento nacionalista. El drama histórico roza casi lo macabro, como en el detalle del ángulo inferior derecho en que un niño intenta reanimar a su madre ya muerta.


Entrada de los Cruzados en Constantinopla (1840)

 Al igual que "La masacre de Jíos", "La entrada de los Cruzados en Consatantinopla" es una meditación sobre las desgracias de la guerra. El cuadro describe el punto culminante de la Cuarta Cruzada, una iniciativa mayoritariamente francesa. La composición se organiza a través de diagonales cruzadas tanto en superficie como en profundidad, creando un conjunto de enorme intensidad dramática. Las figuras de primer plano piden clemencia a los Cruzados mientras en el fondo encontramos una persecución. Las llamas de la batalla provocan un especial efecto atmosférico que distorsiona los contornos. La ciudad al fondo y el azul del mar confieren a la escena cierto aspecto exótico, casi una necesidad en el romanticismo. El colorido y los marcados escorzos muestran la manera de trabajar del Delacroix maduro.


 Medea a punto de matar a sus hijos (1838)

De entre las representaciones mitológicas de Delacroix, destacamos la de "Medea a punto de matar a sus hijos" o "Medea Furiosa". Delacroix dedicó a la venganza de Medea diversas pinturas, que son variantes sobre un mismo esquema. Para representar a la maga furiosa en el momento en que se dispone a asesinar a sus hijos, Delacroix se inspira en la imagen tradicional de la Caridad (una mujer robusta, con los pechos desnudos y dos niños en su regazo). De esta asociación paradójica y perversa se desprende una energía seductora. Del mismo modo, adopta el clásico esquema de composición piramidal para contener un grupo de figuras de violento dinamismo. Repudiada por Jasón, Medea se venga de él asesinando a los dos hijos que tuvieron.

 
" Apolo mata a la serpiente pitón" (1850-51)

Tema inspirado en "La Metamorfosis" de Ovidio, representa la victoria del Bien sobre el Mal, pero también la de la belleza sobre la fealdad , la del genio sobre la estupidez y la de la luz sobre las tinieblas, como puede apreciarse en el contraste entre las dos partes de esta composición.



Exposición "Delacroix (1798 -1863)"
CaixaForum Madrid
Hasta el 15 de enero
Y en febrero, en Barcelona

Esta exposición, organizada conjuntamente por la Obra Social "la Caixa" y el Museo del Louvre en el marco de un acuerdo de colaboración, es la más importante que se ha organizado en España entorno a la figura de Delacroix. Cuenta con préstamos de instituciones tan importantes como la National Gallery de Londres, El Metropolitan Museum de Nueva York o el Art Institute de Chicago.

Propone un recorrido por las diferentes etapas de su producción, desde las primeras obras, que buscan la inspiración en el museo, hasta la etapa de madurez, en la que el artista extrae sus temas de la realidad, haciendo especial hincapié en sus obras de historia así como las orientalistas reunidas por primera vez desde 1963, año de su centenario.