lunes, 11 de octubre de 2010

ARTEMIS ALCALAY

Ártemis Alcalay

Atenas, atardecer de agosto. Una extraña luz anaranjada baña la Plaza Síntagma, donde Ártemis Alcalay me espera
acompañada por nuestro amigo Costas. Llevo tiempo dando lustre al vocabulario griego que preveo usar durante nuestra conversación, pero Ártemis me sorprende hablando un castellano casi perfecto. Tras las presentaciones, y mientras nos dirigimos hacia las estrechas calles de Plaka, no tardo en darme cuenta de que tengo ante mí a una persona extremadamente afable y simpática, poseedora de una mirada luminosa y de una sencillez casi magnética en su expresión.

En un rincón de Plaka, con un café de por medio y casi bajo la sombra de la catedral ateniense, iniciamos una conversación que no tarda en centrarse en los comienzos de Ártemis en el mundo del arte. Hablamos de sus estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de Atenas, al lado de dos grandes maestros del arte griego contemporáneo: Yiannis Móralis y Dimitris Mitarás. Ártemis, como otros tantos artistas han hecho antes, confirma que el maestro Móralis asistía a todas las exposiciones de sus antiguos alumnos y se preocupaba por el futuro de todos ellos.

El lagoAcrílico sobre lienzo (1992)


"Amor y pasión por la tela" es una frase que la artista griega pronuncia c
on frecuencia durante todo nuestro diálogo. Y es que Ártemis vivió sus primeros años en la atmósfera de la tienda de telas para tapicería que su familia regentó durante generaciones en Atenas. Las telas son su inspiración y su modo de expresión desde hace más de veinte años. En una primera época, Ártemis pinta las telas sobre el lienzo. Telas que, a través de la representación de sus pliegues, arrugas, texturas, claroscuros y colores, nos acercarán a la belleza y la plasticidad de los paisajes de Grecia, patria adorada de la artista. En una época posterior, Ártemis utiliza el lienzo (una tela, al fin y al cabo) sin pintar para representar relieves. La pasión por la tela sigue creciendo hasta el punto de sentir la necesidad de crear sus propios tejidos. Es entonces cuando adquiere un telar tradicional, un auténtico compañero de trabajo que le ayudará a producir la mayor y más importante parte de su creación artística.

Ártemis Alcalay trabajando en su telar


Alcalay estudia e investiga la existencia humana (y, por tanto, la suya propia) a través de sus obras. Puntos fundamentales de referencia para ella son la familia, el aspecto social de la religión, s
u país o la naturaleza. Otra de las pasiones de Ártemis es la historia de su familia, de origen judeo-español. Una historia que, inevitablemente, traspasa los límites meramente familiares para unirse al destino del pueblo judío (muchos de los miembros de su familia murieron en los campos de concentración, víctimas de la locura nazi). Y Ártemis, como no podía ser de otra manera, excede la tragedia de su pueblo, de su familia, su propia tragedia, representando el dolor con su idioma infantil, con sus marionetas esculpidas en pasta de papel, con vestidos que, amarillentos por el paso del tiempo, nos transmiten la ausencia de los que ya no están. Personalmente, me conmueve sobremanera esa admirable capacidad de Alcalay para combinar lo infantil y lo lúdico con temas tan trágicos como la ausencia, la muerte o el Holocausto.

Para aquellos que vivieron juntos,
para aquellos que murieron juntos

Marionetas (1998) Palacio de Europa, Estrasburgo


Árbol de familia
Lana elaborada en telar (2003)

Fundación de Arte Popular del Peloponeso



Alcalay suele identificarse a sí misma y a sus seres más próximos con figuras de niños que, extraídas de los motivos del arte textil popular de Grecia, aparecen en muchas de
sus obras. Siente también la necesidad de reinterpretar la religión a través de su trabajo, y lo consigue gracias a una especie de desacralización que alcanza a base de revertir objetos y preceptos. Por ejemplo, haciendo que esas figuras infantiles aparezcan arbitrariamente en prendas y objetos sagrados (el talit, el parojet o los libros de oración) para una religión que prohibe cualquier representación de la figura humana.


Parojet
Bordado en terciopelo (2004)

Museo Judío de Grecia


Libro de oraciones
Impresión mediante sello (2004)

Museo Judío de Grecia


Cuando se revisa la obra de Ártemis Alcalay, resulta inevitable hacer una referencia a la cinta roja que aparece en muchas de sus obras, en las que desempeña una función narrativa que las conecta con el pasado, el presente y el futuro. Unas veces, la cinta aparece enredada o formando espirales o laberintos, representando así dudas e incertidumbres ante el cam
ino que hay por delante. Otras veces, por el contrario, la cinta extendida parece mostrar un tiempo ya recorrido o indicar con claridad un camino a seguir.


Viaje
Cinta de algodón, papel maché y madera (2007)

Galería Municipal de Kalamata



La última exposición de Ártemis Alcalay tuvo lugar en Atenas entre los meses de mayo y junio del presente año. Bajo el título de "Casa: una instalación", la artista atenien
se presentó un gran número de casas estilizadas, de idénticas dimensiones, montadas sobre bastidores de madera y procesadas con las diferentes técnicas que ha venido utilizando durante los últimos veinte años. En el siguiente vídeo tenemos la oportunidad de contemplar parte de la exposición y de escuchar (en inglés) sus interesantes explicaciones.


Ártemis Alcalay - Casa: una instalación(vídeo producido por: athensliving.net)
Exposición en Atenas
mayo-junio, 2010


La obra de Ártemis Alcalay llega también al mundo del teatro y de la danza. Ha re
alizado trabajos como escenógrafa y como diseñadora de vestuario para representaciones teatrales y coreografías. Asimismo, realiza exclusivos diseños de alfombras para una conocida empresa griega del sector, y utiliza la tecnología digital para elaborar presentaciones como la que podemos ver a continuación, en la que, utilizando sus conocidas figuras infantiles, aboga por el enriquecimiento mutuo entre tradición y tecnología.


Ártemis Alcalay - Bordado: Historia de una Fuga


Todo lo anterior es tan sólo una mínima muestra del mundo de Ártemis Alcalay. La extensión relativamente limitada de los posts me obliga a dejar en el tintero virtual otros temas que surgieron en mi conversación con esta artista polifacética, enamorada de su país, que se siente cada vez más estrechamente unida a la naturaleza y que utiliza siempre materiales primarios. He ofrecido tan sólo unos tramos del viaje de Ártemis en busca de la identidad, de lo más profundo del ser humano.


Click sobre la imagen para acceder al sitio de Ártemis Alcalay






Agradecimientos:

Mi agradecimiento público a Ártemis Alcalay por el tiempo que me dedicó en Atenas, por los catálogos, fotografías y toda clase facilidades que me brindó para la elaboración del presente post.

Gracias también a nuestro amigo Costas Sfikas, sin cuya ayuda mi encuentro con Ártemis habría resultado del todo imposible.