"Historia Menor de Grecia" Pedro Olalla
Ed. Acantilado, 2012
He topado con un libro
sensacional. Se llama Historia Menor de Grecia y lo firma Pedro Olalla, quien
debe de ser uno de los primeros helenistas sabios y documentados que escriben
en diversas lenguas, también en español, y que además sabe escribir de una
forma visual e inteligente. ¿Tal vez ha ayudado su cuadruple papel de escritor,
profesor sagaz y con afán de enseñar, refinado traductor, y director de cine,
o, al menos, de documentales, como se nos explica en su biografía preliminar?
El volumen cuenta, cuanto menos, con tres aspectos que lo hacen insólito:
primero, conoce y quiere contar la historia de una civilización, la de los
griegos, echando mano de los hechos más significativos de una manera muy
novelesca y, a la vez, con una gran erudición (hay mucha lectura y mucho
estudio detrás de estos textos), y sintetizándolos en no más de tres páginas.
¡Y a menudo en menos! Cada escena, fechada y con una acotación geográfica,
cuenta una lección histórica, y a veces moral, en el sentido menos académico posible,
avalada por una bibliografía que parece sólida, en inglés, ¡en griego moderno!,
en italiano y en español, entre otras lenguas. Segundo: no se limita a los
tiempos clásicos, ciertamente ejemplares y modélicos –si bien el capítulo que dedica
a un discurso de Pericles es extraordinario, bellísimo y acertadísimo–, sino
que, con un conocimiento insólito, avanza tanto por la época romana como por la
aparición de esa curiosa secta denominada cristiana, así como por la edad media
y su ignorancia supina del griego antiguo. Bellísimo el capítulo dedicado a
Petrarca, el gran erudito humanista, que busca a alguien capaz de leer en
griego antiguo los magníficos textos de Homero. Son especialmente jugosos los
episodios ligados a la nueva potencia, Roma, que se admira de los peculiares
filósofos griegos, y a las múltiples formas de relación de los europeos con los
griegos, inclusi con los mercenarios catalanes, quienes desarrollan una forma
inédita de venganza, sentimiento claramente reactivo. No había leído nunca unas
páginas tan lúcidas y breves como las dedicadas a la Compañía Catalana y a
Roger de Flor. Cabe añadir que el volumen concluye en 1955, en Ischia, con la
que es, tal vez, la referencia literaria más antigua conocida en griego. Y
tercero: la forma de contar es precisa, visual y sabia. No pretende ser
exhaustivo, pero avanza por el tiempo con una prodigiosa e insólita naturalidad.
Andreu Loncà
www.segre.com