Tras el enorme éxito del primer ciclo de representaciones de Η Κρητικοπούλα (I Kritikópula) el pasado mes de noviembre, esta ópera cómica de Spiros Samaras (el autor del Himno Olímpico), con textos de Nicólaos Laskaris y Polivios Dimitrakópulos, vuelve en estos días al ateniense Teatro Olimpia de la mano de la Ópera Nacional Griega. La obra, que fue descubierta y recuperada recientemente tras permanecer varias décadas en el olvido, se estrenó en Atenas en 1916 y, según la prensa de la época, supuso un gran éxito tanto de crítica como de público, que aclamó entusiasmado al compositor la noche del estreno, al que por cierto no faltó el mismísimo Elefcerios Veniselos.
La ópera de Samaras nos hace viajar hasta la Creta ocupada por los venecianos desde 1211. Más concretamente, estamos en la época de las rebeliones cretenses de finales del siglo XIX que desembocarán en la independencia de la isla y su posterior unión con el resto de Grecia tras las Guerras Balcánicas de 1912 y 1913.
El personaje central de la obra es la joven y bella cretense Aretí, quien, disfrazada de hombre por necesidades de la lucha de su pueblo contra los venecianos, se convierte en el apuesto Manoliós. Admirada por todos (cretenses y venecianos), tanto en su papel masculino como propiamente como Aretí, la joven terminará consiguiendo que el veneciano Duque de Creta firme una serie de privilegios para los cretenses. Todo ello sazonado con grandes dosis de humor y con referencias, incluso, a los problemas de hoy en día. En medio de detonaciones bélicas, amores confundidos, valses vieneses y pentozalis cretenses, la Gran Isla hallará el camino para su liberación.
Spiros Samaras consiguió con éxito combinar la tradición griega con el cosmopolitismo y la música clásica europea, algo que iba en sintonía con las tendencias de la literatura griega de la época, las artes e incluso las aspiraciones políticas de los gobernantes del país. Los primeros compases de baile, escritos a ritmo de pentozali, definen muy bien el escenario de la obra e introducen las especiales características de los cretenses: valor, heroismo, patriotismo y un enorme deseo de libertad... y amor. El ingrediente cosmopolita se hace presente a través de ritmos de marcha y de bailes como el vals y la polka (elementos básicos de la opereta vienesa).
I Kritikopúla es una excelente ópera que no deberían perderse quienes anden durante este mes de abril por Atenas. Puede ser, incluso, una buena introducción a la injustamente desconocida música clásica griega para aquellos que están más familiarizados con los ritmos tradicionales helenos. La dirección escénica corre a cargo de Petros Sulias, el vestuario ha sido diseñado por Anastasía Arseni y la coreografía es obra de Fotis Diamandópulos.
I Kritikopúla de Spiros Samaras
Teatro Olimpia de Atenas
24 y 30 de marzo
6, 7, 20, 21, 22 y 29 de abril
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