A las 3 de la mañana del 28 de octubre de 1940, el embajador italiano en Atenas, Emmanuele Grazzi, entregaba una misiva a Metaxás solicitando paso libre a las tropas de su país por suelo griego, dándole tres horas para aceptar o rechazar las exigencias italianas. Cuenta la tradición que Metaxás contestó con un tajante "Όχι!" ("¡No!"). Cada 28 de octubre, aquella respuesta es recordada en Grecia como el "Día del NO", Fiesta Nacional.
Tres horas después de la negativa de Metaxás, las tropas italianas cruzan la frontera greco-albanesa. Mientras parte de sus efectivos se desplazan por la cordillera del Pindo con la intención de alcanzar el paso de Metsovo, para abrirse camino hacia Tesalia, otras se dirgen a tomar Ioannina, ciudad desde la que podrán controlar la región del Epiro. Al mismo tiempo, los italianos pasaban a la defensiva en el valle de Korce.
La incesante lluvia impedía volar a los aviones, mientras que tanques y camiones quedaban atascados en el barro. Sólo hombres y caballos podían seguir avanzando. Pero la neutralidad de Bulgaria y Turquía había permitido al general Alexandros Papagos , que comandaba las tropas griegas, concentrar en Macedonia, donde los italianos eran más débiles, el grueso de sus fuerzas, dispuestas al contrataque. La sorpresa sería enorme. Los italianos se vieron obligados a retroceder hacia Albania. Las tropas griegas aniquilaron la brigada alpina "Julia" en el valle de Vojussa, y avanzaron hacia el Adriático. Mussolini envió refuerzos, aumentando los efectivos a 162.000 hombres en diciembre de 1940, pero los griegos continuaron avanzando sobre territorio albanés.
Las tropas griegas entraron en Argyrokastro entre los vítores de la población. Pero también estaban al límite, lastradas por la falta de medios mecanizados, una carencia que les impedía aprovechar las roturas de línea del enemigo. Durante unos meses, con media Albania en manos griegas, se producirían numerosos avances y retrocesos de limitda envergadura. La guerra italo-griega había entrado en una fase desgaste mutuo, impulsada por el mando italiano, que ahora contaba con más recursos.
A finales de enero de 1941, Hitler comunicaba al Duce su intención de invadir Grecia. Poco después moría repentinamente Metaxás, que fue sustituido por Alexandros Koritzis, más favorable a los británicos. Mussolini, en un último intento por avanzarse a los alemanes, ordenó una ofensiva general bajo su presencia, entre los ríos Apsos y Aoos, que fracasó estrepitosamente. El 6 de abril de 1941 las tropas alemanas iniciaban la invasión de Grecia.
La guerra italo-griega se llevó a cabo en las nevadas montañas de la frontera greco-albanesa, con temperaturas extremas de hasta 25 grados bajo cero, en medio de constantes nieblas, nevadas y granizadas. Las crónicas de la época abundan en ejemplos de heroicidad tanto de los soldados griegos como de las mujeres que se presentaron voluntarias para abastecer a sus hijos y a sus maridos en el frente. Muchos soldados de ambos bandos fueron dados de baja por congelación, y se realizaron numerosas amputaciones. Tanto bajaron las temperaturas, que el mando italiano comenzó a reemplazar a sus soldados provenientes del sur y centro de Italia, por soldados originarios del Norte, a los que se suponía que soportarían mejor el frío glacial de las altas y gélidas montañas del Epiro.
Finalizo esta entrada con un vídeo que contiene imágenes de la guerra italo-griega y cuyo fondo musical corresponde a la canción "Παιδιά, της Ελλάδος παιδιά" ("Vosotros, hijos de Grecia") en la voz de la inolvidable Sofía Vembo, conocida como la cantante de la victoria, cuyas canciones escuchaban los soldados griegos en el frente de Albania durante el invierno de 1940 a 1941.
Guerra greco-italiana (1940-1941)
"Hasta ahora, pensábamos que los griegos estaban luchando como héroes. De ahora en adelante deberemos decir que son los héroes los que luchan como griegos"
Χρόνια Πολλά!