La civilización helenística y sus tres escuelas
A la Grecia clásica le sucedió un periodo que conocemos como civilización helenística, durante el cual la cultura griega se fusionó con otras civilizaciones orientales, gracias a la influencia de Alejandro Magno. Durante esta etapa surgieron tres y el estoicismo. Esta última se convirtió en la escuela más importante del mundo grecorromano. La civilización helenística tuvo su centro de esplendor en la ciudad de Alejandría
Entre los años 323 a. C. y 200 d. C. se desarrolló la llamada civilización helenística, un periodo de la cultura griega posterior al reinado de Alejandro Magno. Al extender el dominio de Macedonia hasta Egipto y la India, éste contribuyó a la fusión de la cultura griega con las orientales. Así, la civilización helenística fue una rica síntesis de pensamiento, arte y formas de vida que fue heredada por los romanos.
En este contexto surgieron tres grandes escuelas filosóficas: el estoicismo, el epicureísmo y el escepticismo. Los estoicos (liderados por Zenón de Citio, que fundó esta escuela en Atenas hacia el año 310 a. C.) proclamaban que es posible alcanzar la libertad y la tranquilidad tan sólo siendo ajenos a las comodidades materiales y la fortuna externa, dedicándose a una vida guiada por los principios de la razón y la virtud. La doctrina estoica coonsideraba también que la razón de los seres humanos es parte integrante del logos divino e inmortal; es decir, que cada persona es parte de Dios y miembro de una familia universal.
En el año 306 a. C., Epicuro fundó otra escuela filosófica, también en Atenas. Como sus seguidores se reunían en el jardín de su casa, fueron conocidos como los filósofos del jardín. Epicuro afirmaba que el destino de la existencia es obtener la máxima cantidad de placer posible (hedonismo), y que percibimos la realidad única y exclusivamente a través de los sentidos. La búsqueda del bienestar y de la felicidad pasan, para él, por vencer los temores que atormentan al alma y buscar el placer, aunque siempre de forma racional y sin caer en excesos.
La tercera gran escuela filosófica helenística es el escepticismo, que dominó la academia platónica en el siglo III a. C.. Su suposición principal es que la verdad no existe o que, de existir, somos incapaces de conocerla. Para ellos, el camino hacia la felicidad pasa por la absoluta suspensión del juicio.
Alejandría
Centro de la cultura y del conocimiento, la ciudad albergó la mayor biblioteca de la Antigüedad
Desde los comienzos del helenismo, Alejandría se convirtió en símbolo del conocimiento y de la cultura, tanto que en el siglo III a. C. se convirtió en el centro de la sabiduría universal. Era una ciudad cosmopolita donde las letras y las ciencias vivieron su apogeo, como lo demuestra el hecho de que acogió la mayor biblioteca de la Antigüedad.
Llegó a contar con entre 400.000 y 700.000 rollos, originales y copias adquiridos en todos los rincones del mundo. También acogió un museo (el santuario de las Musas) que era un auténtico centro de investigación e intelectualidad. Atraídos por su brillo, llegaron a Alejandría durante aquellos años artistas, científicos y eruditos de todas las disciplinas y campos de las artes y del saber. El teatro, del cual se conservan restos, era uno de los edificios públicos de esta grandiosa ciudad cuyo nombre, todavía hoy, evoca ecos de su antigua grandeza.
Símbolos e individualismo
La calavera, junto con el esqueleto, fue el símbolo de la doctrina epicúrea. Según las palabras de Epicuro, “la muerte, el más horrendo de los males, nada nos afecta; pues mientras nosotros vivimos, no ha venido ella; y cuando ha venido, ya no vivimos nosotros”. El caso es que tanto esta escuela como las otras dos de las que te hemos hablado se caracterizaron por centrar su atención en el individuo. Quedaban lejos las inquietudes por la vida colectiva de los filósofos de la Grecia clásica, cuando el papel cívico del individuo era mucho más importante.
Quién es quién
ESTOICISMO. Fue la escuela más importante del mundo grecorromano, y a ella se adhirieron escritores y personalidades como el esclavo griego y más tarde filósofo Epicteto y el emperador romano Marco Antonio. Uno de los más relevantes filósofos estoicos del Imperio romano fue el cordobés Séneca, preceptor del emperador Nerón.
EPICUREISMO. Las enseñanzas de Epicuro se conservan sobre todo en el poema filosófico De rerum natura, del poeta romano Lucrecio, que contribuyó notablemente a difundir esta corriente en Roma.
ESCEPTICISMO. Alcanzó su mayor influencia en la Grecia clásica, especialmente a través de Pirrón y sus seguidores. También siguió esta doctrina Carneades. Siglos después, el escepticismo como actitud crítica fue adoptado por figuras como Montaigne, Descartes y Hume.
Paloma Corredor
Fuente: Aula de "El Mundo"