Recuerdo las lejanas tardes de verano en que los niños del barrio judío llenaban las estrechas calles con su griterío y sus juegos. Guerreaban y se insultaban en griego, pero muchos de ellos, entre batalla y batalla, solían entonar canciones que habían aprendido de sus madres desde la cuna; eran canciones en la hermosa lengua que a través de los siglos habían logrado conservar los sefardíes: el ladino. Uno de aquellos niños era Albert Coén, hijo de Marco Coén, un judío sefardí de la ciudad de Yánena, y de Louise Judith Ferro, una hebrea corfiota de ascendencia italiana. Albert nació en 1895 y tan sólo pasó en Corfú los cinco primeros años de su vida. En 1900, un pogromo forzó a su familia, propietaria de una fábrica de jabones, a abandonar la isla e instalarse en la ciudad francesa de Marsella. Desde bien niño experimentó Albert Cohen (añadió una h a su apellido para judaizarlo más todavía) el zarpazo de la intolerancia, del racismo y del antisemitsmo. No es de extrañar, pues, que el joven corfiota se adhiriese de manera entusiasta a la causa sionista.
En 1914, Cohen deja Marsella y se instala en la ciudad suiza de Ginebra, donde se licencia en Derecho en 1917. Dos años después obtiene la nacionalidad suiza y se casa con Elisabeth Brocher, con quien tiene una hija: Myriam. Su esposa fallece de cáncer en 1924 , y en 1925 asume en París la dirección de la Revue Juive (Revista Judía), en cuyo comité de redacción figuraban judíos de la relevancia de Sigmund Freud y Albert Einstein.
En 1930, publicó su primera novela, Solal, que trata sobre los amores de un joven judío de origen griego. Su segunda novela, titulada Comeclavos, es un intento de rememorar los personajes y las tradiciones de su más tierna infancia en Corfú. Su obra más conocida es, sin duda alguna, la novela Bella del Señor, publicada en 1968. El argumento nos sitúa en el año 1936, en plena efervescencia del anitsemitismo, y nos narra la relación amorosa del judío Solal (el alter ego de Albert Cohen) y Ariane Deume, una aristócrata aria casada con un subordinado de Solal, siempre con el trasfondo de los orígenes griegos del protagonista. Bella del Señor obtuvo el gran premio de novela de la Academia Francesa. Albert Cohen falleció en Ginebra el 7 de octubre de 1981.
Y hoy es el día en que griegos, franceses, suizos e israelíes se dan cita aquí, en Corfú, para rendir homenaje a la figura de Albert Cohen. Hoy, el Ayuntamiento de Corfú inaugura el Congreso Albert Cohen. Retorno a las raíces. El Congreso se inicia esta tarde con una exposición sobre el barrio judío de Corfú, y seguirá hasta el próximo día 16 con una serie de conferencias, proyecciones cinematográficas, lecturas, representaciones teatrales y conciertos que girarán en torno al tema central de los refugiados y la inmigración.
El programa del Congreso puede descargarse en griego, inglés y francés.
Conocer un país, una región, una ciudad o ,en este caso, una isla, no es sólo pisar sus lugares más emblemáticos, visitar sus museos, disfrutar de sus playas o degustar su gastronomía, sino también, y sobre todo, conocer a sus gentes. Y acercarse a la figura de Albert Cohen es también conocer un poco más de la historia de Corfú, de mi historia. La historia de una madre que vio cómo la intolerancia obligó a partir a muchos de sus hijos hacia tierras lejanas, para siempre.
Kérkyra/Corfú
En 1914, Cohen deja Marsella y se instala en la ciudad suiza de Ginebra, donde se licencia en Derecho en 1917. Dos años después obtiene la nacionalidad suiza y se casa con Elisabeth Brocher, con quien tiene una hija: Myriam. Su esposa fallece de cáncer en 1924 , y en 1925 asume en París la dirección de la Revue Juive (Revista Judía), en cuyo comité de redacción figuraban judíos de la relevancia de Sigmund Freud y Albert Einstein.
En 1930, publicó su primera novela, Solal, que trata sobre los amores de un joven judío de origen griego. Su segunda novela, titulada Comeclavos, es un intento de rememorar los personajes y las tradiciones de su más tierna infancia en Corfú. Su obra más conocida es, sin duda alguna, la novela Bella del Señor, publicada en 1968. El argumento nos sitúa en el año 1936, en plena efervescencia del anitsemitismo, y nos narra la relación amorosa del judío Solal (el alter ego de Albert Cohen) y Ariane Deume, una aristócrata aria casada con un subordinado de Solal, siempre con el trasfondo de los orígenes griegos del protagonista. Bella del Señor obtuvo el gran premio de novela de la Academia Francesa. Albert Cohen falleció en Ginebra el 7 de octubre de 1981.
Y hoy es el día en que griegos, franceses, suizos e israelíes se dan cita aquí, en Corfú, para rendir homenaje a la figura de Albert Cohen. Hoy, el Ayuntamiento de Corfú inaugura el Congreso Albert Cohen. Retorno a las raíces. El Congreso se inicia esta tarde con una exposición sobre el barrio judío de Corfú, y seguirá hasta el próximo día 16 con una serie de conferencias, proyecciones cinematográficas, lecturas, representaciones teatrales y conciertos que girarán en torno al tema central de los refugiados y la inmigración.
El programa del Congreso puede descargarse en griego, inglés y francés.
Conocer un país, una región, una ciudad o ,en este caso, una isla, no es sólo pisar sus lugares más emblemáticos, visitar sus museos, disfrutar de sus playas o degustar su gastronomía, sino también, y sobre todo, conocer a sus gentes. Y acercarse a la figura de Albert Cohen es también conocer un poco más de la historia de Corfú, de mi historia. La historia de una madre que vio cómo la intolerancia obligó a partir a muchos de sus hijos hacia tierras lejanas, para siempre.
Kérkyra/Corfú
Albert Cohen lee Bella del Señor