Aunque falleció casi al mismo tiempo que el gran pintor Yiannis Móralis, no quise entonces hacerme eco de la desaparición de Jristos Lambrakis a fin de que no pareciese el blog, en plena Navidad, una sección de necrológicas. Dada, sin embargo, la importancia de Lambrakis en el sector de los medios de comunicación en Grecia, considero conveniente reproducir aquí la reseña que, el pasado día 24, escribió para el diario El País María Antonia S. Vallejo:
"El empresario de comunicación griego Jristos Lambrakis, muerto el lunes 21 de diciembre a los 75 años en un hospital de Atenas, llevaba el periodismo en la sangre. Poco importa que el titular del mayor grupo de comunicación griego, Lambrakis Press, apenas si pudiera concluir sus estudios: el destino, de la mano de la empresa familiar -editora de dos periódicos que siempre han figurado entre los más importantes del país, To Vima y el vespertino Ta Nea-, le llevó en volandas al periodismo recién cumplidos los 20.
Ser hijo del periodista Dimitrios Lambrakis, fundador en 1922 del grupo, no podía sino precipitarle en los brazos de un oficio que en Grecia, como en ningún otro sitio, resume a la perfección la condición política del ser humano. Jristos Lambrakis se inició en To Vima como ayudante de redacción, con la advertencia a los colegas de su padre -también director del diario- de que le trataran sin miramientos. Entre críticas de música clásica y crónicas políticas, se consolidó como un profesional del periodismo en la época en que éste aún distaba de ser una carrera: la era de las cajas de tipos, lustros antes de la aparición de Internet.
En 1957, a la muerte de su padre, heredó las riendas del grupo e hizo de él el emporio de comunicación que hoy es: Lambrakis Press edita cuatro diarios y 24 revistas; es titular de una agencia de prensa, negocios en Internet y el 22% de la cadena Mega TV, por no hablar de imprentas, cadenas de librerías e incluso negocios turísticos. Lambrakis Press firmó en marzo un acuerdo de colaboración estratégica con PRISA, empresa editora de este periódico.
Christos Lambrakis aprendió del ejemplo paterno la intuición y el rigor, pero los acontecimientos contribuyeron a hacerle grande como periodista. Poco después de asumir la dirección del grupo, comenzó a percibirse el desasosiego que culminaría en la dictadura militar de los coroneles (1967-1974). Pero la responsabilidad empresarial no empañó su vocación periodística, porque ¿qué periodista no habría querido estar en el meollo de todo cuanto sucedía de importancia? Como dijo en su día el ex primer ministro y líder de la derecha Constantinos Mitsotakis, "la historia de la vida de Jristos Lambrakis resume la historia de Grecia más que la de ningún otro griego".
Melómano hasta la médula, Lambrakis se enorgullecía, más que de sus diarios y revistas, de algo que nada tiene que ver con la edición de periódicos: la construcción del Megaro Musikis de Atenas, una moderna sala de conciertos que es también un hito arquitectónico en la ciudad. A pocos metros de allí, un moderno edificio de fachada azul alberga la sede de un grupo hoy privado del timón de quien siempre fue un paso por delante de la competencia. Del patriarca, en suma; alguien que mimaba a quienes trabajaban con él. Por eso no se cansaba de repetir: "[En vuelos de larga distancia] Mis periodistas viajan como yo: o sea, en business".
Ser hijo del periodista Dimitrios Lambrakis, fundador en 1922 del grupo, no podía sino precipitarle en los brazos de un oficio que en Grecia, como en ningún otro sitio, resume a la perfección la condición política del ser humano. Jristos Lambrakis se inició en To Vima como ayudante de redacción, con la advertencia a los colegas de su padre -también director del diario- de que le trataran sin miramientos. Entre críticas de música clásica y crónicas políticas, se consolidó como un profesional del periodismo en la época en que éste aún distaba de ser una carrera: la era de las cajas de tipos, lustros antes de la aparición de Internet.
En 1957, a la muerte de su padre, heredó las riendas del grupo e hizo de él el emporio de comunicación que hoy es: Lambrakis Press edita cuatro diarios y 24 revistas; es titular de una agencia de prensa, negocios en Internet y el 22% de la cadena Mega TV, por no hablar de imprentas, cadenas de librerías e incluso negocios turísticos. Lambrakis Press firmó en marzo un acuerdo de colaboración estratégica con PRISA, empresa editora de este periódico.
Christos Lambrakis aprendió del ejemplo paterno la intuición y el rigor, pero los acontecimientos contribuyeron a hacerle grande como periodista. Poco después de asumir la dirección del grupo, comenzó a percibirse el desasosiego que culminaría en la dictadura militar de los coroneles (1967-1974). Pero la responsabilidad empresarial no empañó su vocación periodística, porque ¿qué periodista no habría querido estar en el meollo de todo cuanto sucedía de importancia? Como dijo en su día el ex primer ministro y líder de la derecha Constantinos Mitsotakis, "la historia de la vida de Jristos Lambrakis resume la historia de Grecia más que la de ningún otro griego".
Melómano hasta la médula, Lambrakis se enorgullecía, más que de sus diarios y revistas, de algo que nada tiene que ver con la edición de periódicos: la construcción del Megaro Musikis de Atenas, una moderna sala de conciertos que es también un hito arquitectónico en la ciudad. A pocos metros de allí, un moderno edificio de fachada azul alberga la sede de un grupo hoy privado del timón de quien siempre fue un paso por delante de la competencia. Del patriarca, en suma; alguien que mimaba a quienes trabajaban con él. Por eso no se cansaba de repetir: "[En vuelos de larga distancia] Mis periodistas viajan como yo: o sea, en business".