Pedro Olalla (Foto: Jordi Play)
Víctor - M. Amela (La Vanguardia)
Historia menor
Pedro Olalla era un niño asombrado y feliz
en los prados astures. Un día leyó nombres que excitaron su imaginación:
Ítaca, Parnaso, Ninfa, Pan, Eleusis, Ténaro, Aqueronte... Y quiso saber
qué había detrás de cada uno. Su atracción por la cultura griega le
llevó a ser un brillante divulgador del helenismo, mediante libros y
documentales que le han valido ser laureado por la Academia de Atenas, y
a lucir con orgullo el título honorífico de embajador del helenismo.
Ahora ilumina la historia del helenismo con un libro espléndido, de gran
calado cultural, sucesión de breves estampas: Historia menor de Grecia (Acantilado), que subtitula así: Una mirada humanista sobre la agitada historia de los griegos.
¿Qué le debe Occidente a los antiguos griegos?
Todo lo que significa civilización (¡o casi!).
¿Todo?
¡El sentido de individuo! El individuo como átomo social, es decir, el concepto de ciudadano.
¿Ahí está todo?
Es el rasgo que singulariza a la cultura occidental, que la distingue de las demás.
¿Qué más nos legaron los griegos?
Ideas derivadas de ese rasgo: isonomía, isopoliteia, isegoría, parresía.
Traduzca.
Isonomía: igualdad ante la ley. Isopoliteia: igualdad entre ciudadanos. Isegoría: igualdad en el uso de la palabra. Parresía: atreverse a hablar para defender la verdad.
¿Cuándo se alcanzan tales logros?
En el siglo V a.C., en la ciudad de Atenas.
¿Adónde me llevaría para visualizarlo?
A la colina de Pnyx, frente a la Acrópolis, porque ahí se reunía la asamblea, es decir, la ciudadanía... para votar los asuntos de la polis (ciudad) a mano alzada.
Ahí arranca la política...
Y la democracia originaria. Y erigirán el Partenón para celebrar la polis como espacio independizado de la naturaleza y de los dioses, un espacio en el que impera la humana voluntad, un pacto entre iguales.
¿Por qué tamaño logro cristalizó en aquel momento y en aquel lugar?
¿Y por qué no en otro tiempo y espacio...? Suele decirse que tras la victoria sobre los persas sobrevino un periodo de paz y prosperidad... que propició esos logros. Pero...
¿Qué?
¡Demasiado simple! Ya hubo antes otras victorias y periodos de paz y prosperidad... ¡y no engendraron la democracia!
¿Un misterio, pues?
Yo miraría hacia atrás, hacia Homero...
¿Y qué encontramos?
Homero (s. VIII a.C.) deja de cantar a los dioses... ¡y su obra es ya un canto de amor al ser humano! A lo universal en todo hombre...
Hermoso.
Esa pasión nueva será siempre la punta de lanza del espíritu griego, su hilo conductor.
Humanismo.
Buscar la verdad en libertad mediante el diálogo. Un concepto homérico latirá en toda la tradición griega: Aein Aristeyein.
Traduzca.
Dar siempre lo mejor.
¿Ahí radica nuestro ADN, entonces?
Sí, y lo griego está tan incorporado en nuestro cerebro y acervo... ¡que ni lo vemos!
Por ejemplo, ¿qué más viene de allí?
La historia. La comedia. La tragedia. La lírica. La épica. La medicina. La geometría. La matemática. La biblioteca. La filosofía...
Siga, siga...
El pensamiento estético. El pensamiento científico... ¡Hasta el cristianismo es una religión griega!
¿Ah, sí? ¿No es judía?
Nace como secta judía, pero los Evangelios están en griego, y Pablo -judío con ciudadanía romana y cultura griega- cambia al Mesías terrenal por el logos metafísico... ¡y la convierte en religión nueva y universal!
¿Lo griego era entonces lo universal?
Claro: Alejandro había llevado lo griego hasta el Himalaya. La cultura griega queda abierta a lo nuevo: eso es el helenismo.
¿Y eso llega hasta hoy?
Pasando por el Renacimiento -Boccaccio y Petrarca se alían para traducir La Ilíada- y la Ilustración: ¡el espíritu del humanismo!
¿En qué consiste el helenismo?
Es una fuerza que impulsa a los espíritus más generosos y valientes a la libre búsqueda de lo mejor.
¿Qué es lo mejor?
La civilización, que es la unión de los hombres contra la barbarie, es decir, contra la injusticia y la ignorancia.
¿Cuál es nuestro grado de civilización?
Frágil..., ¡como siempre! Porque la civilización es una conquista muy vulnerable: ¡por eso hay que defenderla cada mañana!
Aquel brillo de la Atenas de Pericles...
Fabuloso, pero..., pero Pericles tuvo que desterrar al lúcido filósofo Anaxágoras (para evitar que la asamblea de Atenas lo ejecutase... ¡por haber ofendido a los dioses!).
Vaya... ¿Qué nos enseña esto?
Que hasta en la esplendorosa Atenas democrática había superstición y fanatismo. ¡La pugna civilización-barbarie es sempiterna!
Nada está ganado para siempre.
Nos lo enseña la historia: ¡humildad! El humanismo ha sido siempre la actitud de unos pocos resistentes contra la barbarie. En la Atenas clásica y en la Atenas actual.
La Atenas de hoy, dominada por los mercados: ¿son una forma de barbarie?
La ciudadanía abdicó de su soberanía en favor de políticos... que endeudaron a todos (por sus compromisos con élites financieras)... y ahora hemos quedado rehenes de las élites financieras, que nos humillan.
Un 8% de los griegos vota neonazi...
Una población descontenta es fácilmente excitable por su lado más insolidario y racista. Un lado que sale ahora del armario...
¿Qué pasará en Grecia?
Me inquieta que la izquierda no se haya coaligado, pese al empobrecimiento creciente: ¿qué más tiene que pasar? ¿Hasta dónde tienen que humillarnos? ¿A qué esperamos los europeos para unirnos contra el abuso?
¿Qué podríamos perder, sin unión?
No el dinero... ¡sino la libertad... que tantos siglos nos ha costado conquistar!
Todo lo que significa civilización (¡o casi!).
¿Todo?
¡El sentido de individuo! El individuo como átomo social, es decir, el concepto de ciudadano.
¿Ahí está todo?
Es el rasgo que singulariza a la cultura occidental, que la distingue de las demás.
¿Qué más nos legaron los griegos?
Ideas derivadas de ese rasgo: isonomía, isopoliteia, isegoría, parresía.
Traduzca.
Isonomía: igualdad ante la ley. Isopoliteia: igualdad entre ciudadanos. Isegoría: igualdad en el uso de la palabra. Parresía: atreverse a hablar para defender la verdad.
¿Cuándo se alcanzan tales logros?
En el siglo V a.C., en la ciudad de Atenas.
¿Adónde me llevaría para visualizarlo?
A la colina de Pnyx, frente a la Acrópolis, porque ahí se reunía la asamblea, es decir, la ciudadanía... para votar los asuntos de la polis (ciudad) a mano alzada.
Ahí arranca la política...
Y la democracia originaria. Y erigirán el Partenón para celebrar la polis como espacio independizado de la naturaleza y de los dioses, un espacio en el que impera la humana voluntad, un pacto entre iguales.
¿Por qué tamaño logro cristalizó en aquel momento y en aquel lugar?
¿Y por qué no en otro tiempo y espacio...? Suele decirse que tras la victoria sobre los persas sobrevino un periodo de paz y prosperidad... que propició esos logros. Pero...
¿Qué?
¡Demasiado simple! Ya hubo antes otras victorias y periodos de paz y prosperidad... ¡y no engendraron la democracia!
¿Un misterio, pues?
Yo miraría hacia atrás, hacia Homero...
¿Y qué encontramos?
Homero (s. VIII a.C.) deja de cantar a los dioses... ¡y su obra es ya un canto de amor al ser humano! A lo universal en todo hombre...
Hermoso.
Esa pasión nueva será siempre la punta de lanza del espíritu griego, su hilo conductor.
Humanismo.
Buscar la verdad en libertad mediante el diálogo. Un concepto homérico latirá en toda la tradición griega: Aein Aristeyein.
Traduzca.
Dar siempre lo mejor.
¿Ahí radica nuestro ADN, entonces?
Sí, y lo griego está tan incorporado en nuestro cerebro y acervo... ¡que ni lo vemos!
Por ejemplo, ¿qué más viene de allí?
La historia. La comedia. La tragedia. La lírica. La épica. La medicina. La geometría. La matemática. La biblioteca. La filosofía...
Siga, siga...
El pensamiento estético. El pensamiento científico... ¡Hasta el cristianismo es una religión griega!
¿Ah, sí? ¿No es judía?
Nace como secta judía, pero los Evangelios están en griego, y Pablo -judío con ciudadanía romana y cultura griega- cambia al Mesías terrenal por el logos metafísico... ¡y la convierte en religión nueva y universal!
¿Lo griego era entonces lo universal?
Claro: Alejandro había llevado lo griego hasta el Himalaya. La cultura griega queda abierta a lo nuevo: eso es el helenismo.
¿Y eso llega hasta hoy?
Pasando por el Renacimiento -Boccaccio y Petrarca se alían para traducir La Ilíada- y la Ilustración: ¡el espíritu del humanismo!
¿En qué consiste el helenismo?
Es una fuerza que impulsa a los espíritus más generosos y valientes a la libre búsqueda de lo mejor.
¿Qué es lo mejor?
La civilización, que es la unión de los hombres contra la barbarie, es decir, contra la injusticia y la ignorancia.
¿Cuál es nuestro grado de civilización?
Frágil..., ¡como siempre! Porque la civilización es una conquista muy vulnerable: ¡por eso hay que defenderla cada mañana!
Aquel brillo de la Atenas de Pericles...
Fabuloso, pero..., pero Pericles tuvo que desterrar al lúcido filósofo Anaxágoras (para evitar que la asamblea de Atenas lo ejecutase... ¡por haber ofendido a los dioses!).
Vaya... ¿Qué nos enseña esto?
Que hasta en la esplendorosa Atenas democrática había superstición y fanatismo. ¡La pugna civilización-barbarie es sempiterna!
Nada está ganado para siempre.
Nos lo enseña la historia: ¡humildad! El humanismo ha sido siempre la actitud de unos pocos resistentes contra la barbarie. En la Atenas clásica y en la Atenas actual.
La Atenas de hoy, dominada por los mercados: ¿son una forma de barbarie?
La ciudadanía abdicó de su soberanía en favor de políticos... que endeudaron a todos (por sus compromisos con élites financieras)... y ahora hemos quedado rehenes de las élites financieras, que nos humillan.
Un 8% de los griegos vota neonazi...
Una población descontenta es fácilmente excitable por su lado más insolidario y racista. Un lado que sale ahora del armario...
¿Qué pasará en Grecia?
Me inquieta que la izquierda no se haya coaligado, pese al empobrecimiento creciente: ¿qué más tiene que pasar? ¿Hasta dónde tienen que humillarnos? ¿A qué esperamos los europeos para unirnos contra el abuso?
¿Qué podríamos perder, sin unión?
No el dinero... ¡sino la libertad... que tantos siglos nos ha costado conquistar!
Desde: www.lavanguardia.com
Salvados - "Al filo del rescate"
Con la intervención de Pedro Olalla