Juan Francisco García "Juanfran" (Valencia, 1976) vive en Grecia su tercera aventura futbolística fuera de España. Antes pasó por Holanda y Turquía. En la siguiente entrevista concedida al diario deportivo "As", el jugador valenciano habla, entre otras cosas, de su día a día en la capital griega, de cómo vivió los graves acontecimientos de Atenas el pasado diciembre, de sus esfuerzos por hacerse entender en griego y hasta de cómo se las ingenia para seguir consumiendo jamón y vino español en tierras helenas. Un gran jugador para un gran equipo: ¡el AEK de mis amores!
¿Qué tal, amigo?
Bien, con frío. En casita con mi mujer y mi niña, que cumplió el jueves quince meses.
¿Cómo se llama?
Carmen. Un nombre español, con historia y personalidad, ¡ja, ja! Los hay que ponen unos nombres a sus hijos que ya, ya... Cuando se hagan mayores reñirán a sus padres por llamarles así.
¿Cómo vivió aquellos días en los que ardió Atenas?
Vivimos a unos veinte minutos del centro de la ciudad y apenas nos enteramos. Lo vivía en los informativos. Fue muy fuerte, con grandes revueltas en las calles. Un joven murió por un disparo de un policía y se armó un escándalo insólito, pues éste es un país tranquilo. Pienso que además de la protesta por el hecho en sí afloró la frustración de muchísima gente que lo pasa mal, no sólo en Grecia sino en todo el mundo. No son buenos tiempos estos, no...
¿Cómo es su vida un día normal?
Lo que más choca es que la gente habla a gritos. Ya lo percibí cuando estuve en Turquía, en el Besiktas. Ves a dos personas hablando en la calle y por el tono de voz parece que se están matando y no, es que se manejan así. Por lo demás, es una vida mediterránea, me recuerda Valencia. Voy al supermercado y compro prácticamente lo mismo que compraba allí. O en Zaragoza y Vigo... Eso sí, el jamón y el vino me lo manda un amigo aragonés. Envasadito al vacío... y p'alante. La gozada son los paseos por la ciudad, descubrirla, empaparse de su historia... Atenas es increíble. Aquellos griegos antiguos fueron gente extraordinaria. ¿Sabe lo que pienso viendo la Acrópolis, por ejemplo?
Qué maravilla, supongo.
Eso y, sobre todo, lo poca cosa que somos. Y lo grande que fueron aquellas civilizaciones. Por lo que construyeron, por el pensamiento que dejaron... Seguramente eran más felices de lo que somos nosotros: lo tenemos todo y ya ve cómo está el mundo...
¿Y el fútbol?
Muy exigente en lo físico. No es nuestra Liga, pero estás bien o no vales. Olympiacos, Panathinaikos, mi AEK y el PAOK de Salónica están a un nivel superior, pero el resto te complica si te despistas. El ambiente es eléctrico en la grada, el griego es un tipo pasional al máximo.
Usted es el único español en el equipo.
Sí, sólo Sebastián Saja, el portero argentino que pasó por Córdoba y Rayo Vallecano, y Basinas, que llegó desde el Mallorca, han jugado en España.
¿Habla griego, Juanfran?
Lo chapurreo y me parece mal quedarme sólo con eso y manejarme en inglés. Los que llegamos de fuera debemos esforzarnos en conocer el idioma del país que nos acoge. Debería implicarme más en ello, sí.
Entre los nuestros, el amo es Valverde, claro. Su Olympiacos va derecho al título de Liga.
Sí, lo tiene muy bien. Van destacados, están jugando muy bien... Si no puedo serlo yo, me alegrará que uno de los nuestros sea campeón. Hablo a menudo con Óscar, que está con él y fuimos compañeros en el Zaragoza. Sí, les va muy bien.
Esta es su tercera aventura en el extranjero, pues antes pasó por Ajax y Besiktas. Será que la experiencia le llenó.
Siempre, en cada caso. Ves otros mundos, otras personas, otras ideas, otras culturas. Y avanzas en el inglés, idioma básico para ir por el mundo. En mi caso, lo de marcharme a Grecia obedeció a una necesidad brutal de salir de España. Me fui huyendo del trauma que me produjo bajar con el Zaragoza.
¿Se explica ya por qué bajó aquel equipo con Milito, Oliveira, Sergio García, Ayala, usted mismo...?
Pues porque lo hicimos todo mal; se veía venir y no hubo manera de evitarlo. La presión fue aumentando hasta hacerse insoportable. Zaragoza es una ciudad muy futbolera, teníamos un equipazo, la idea era repetir al menos una temporada como la anterior, que nos llevó a la UEFA... De pronto empezamos a perder, cambiamos entrenadores, nos vimos en la cola y aquel Zaragoza no estaba preparado para vivir ahí. No había mentalidad para salir de un pozo en el que nunca pensamos caer. Ya ganaremos un partido, nos decíamos. Cuando pase eso saldremos adelante. Y no lo ganamos... Fue durísimo. El palo más gordo de mi carrera junto a mi otro descenso, el del Celta.
Y más si pensamos que usted se planteó quedarse a vivir en Vigo.
Es que pasé cinco años allí. ¡Lo tenía todo! Piense que marqué el primer gol del Celta en la Champions, aquel 1-1 en Brujas... Y que con su camiseta llegué a la Selección. Los equipos de mi vida son el Celta y el Levante, que me dio la oportunidad de darme a conocer y mi casa en Valencia está a quinientos metros de su estadio... Me crié allí, lo llevo muy dentro. Ojalá los vea a los dos de vuelta a Primera este año.
¿Y lo de Turquía?
Me fui para trabajar con Vicente del Bosque. No se me había perdido nada allí, pero me llamó él personalmente y le dije que sí incluso sin dejarle a terminar su exposición. A Vicente no se le puede decir que no, para mí era un cumplir un sueño trabajar a sus órdenes. La pena es que la aventura duró poco, pues se marchó porque el equipo no ganaba; lo de siempre, vamos. Da igual: Del Bosque tiene una categoría como pocos en el fútbol.
O sea que el Madrid la pifió cuando prescindió de él.
Repase lo que consiguió, recuerde cómo manejaba aquel vestuario y fíjese dónde está ahora: al frente de la mejor selección, donde se merece.
¿Y Holanda?
Una maravilla. Si hay un club que de verdad forma jugadores es el Ajax. Allí percibes lo que es el fútbol de cantera, cómo hay que educar a los niños. No hay un club formativo en el mundo como él. Me sirvió muchísimo para completar mi educación futbolística.
Su otro club fue el Valencia, donde ganó la Copa del 99. ¿Qué le decían entonces sus amigos del Levante?
Nada, me respetaron siempre. Yo conservo amigos de la infancia y esto es fútbol. Y ganar un título, el sueño de todos. También le ganamos la Supercopa al Barça... Lo pasé muy bien en aquel Valencia de Ranieri. Es un gran recuerdo, como el Mundial de Corea.
Pese a Al Gandhour.
Aquella fue la mejor oportunidad que tuvimos para dar el gran golpe antes de esta Eurocopa. Nos quitaron la gran ocasión de jugar una semifinal. Había equipo, todo era posible. Camacho no tuvo suerte ni premio a su trabajo. Era un equipo con calidad, hambre, combinaba juventud y experiencia. Fue una barbaridad lo que nos hicieron contra Corea. Tardaremos en ver cómo a un equipo le anulan dos goles legales en los cuartos de final de un Mundial. Sigo sin digerir aquello. En fin...
¿Sigue usted cantando? ¿Conoce el griego su afición?
No, ahora la que más canta es mi niña...
Ande, que incluso apareció en la primera edición de Operación Triunfo.
Fue con la Selección. Fuimos y Camacho me amenazó: "Cantas o no te llevo al Mundial". ¡Ja, ja! Fuimos a la academia y la directora preguntó si alguno de nosotros cantaba y todos empezaron a gritar ¡Juanfran, Juanfran! Y canté.
Estilo Manolo García, La Caja de Pandora....
Eso es. Y qué caramba, el futbolista debe salir del encasillamiento en el que te mete el entorno que te rodea y tu mismo si no espabilas. Somos gente normal, de este mundo. Si a un tío le apetece cantar, que cante. Que sea él mismo, una persona normal. Yo he aprendido mucho de esto hablando con Arturo Canales y la gente de IMG, mis representantes. Llevo ocho años con ellos y siempre les agradeceré sus consejos, su saber indicarme el camino de verdad. Hoy soy futbolista; mañana, no. Pero debo ser siempre Juanfran. El que empezó en el Levante...
El barbero.
Pues sí. Tengo el título de Peluquería desde los 18 años. Era mal estudiante y mi madre me dijo un día que si no quería libros, a trabajar. Bajé a la calle y en el buzón de mi casa encontré propaganda de una academia. Subí y le dije a mi madre: tranquila, estudiaré para peluquero. Si un día necesita un buen corte, me llama.
¿Cómo me lo haría, a lo Rafa Gordillo?
Perfecto. Rafa será siempre mi ídolo. Me fijaba en él porque jugaba en mi demarcación. Cuando preguntan por una referencia lo fácil es decir Maradona: yo no, yo diré siempre Gordillo. Un fenómeno y también como persona, pues tuve ocasión de tratarlo de cerca.
¿Y un entrenador que no sea Del Bosque?
Hemos hablado antes de mi Valencia. Allí estuve con Ranieri. Siempre me sorprendió lo que le tocó vivir y se repitió con Rafa Benítez. Devolvieron al club títulos perdidos y los marearon hasta aburrirlos con que si el equipo no jugaba bien y cosas así. Buscan un entrenador para que gane, lo hace y salen con que es defensivo u otra cosa.
A Juande le pasa algo parecido.
Ya. Fue mi entrenador en el Levante, establecimos el récord de victorias consecutivas en el club. Ya apuntaba a gran entrenador y ahí está, en el Madrid. ¡Déjenle tranquilo!
¿Quién ha sido el mejor jugador que ha visto?
En el área, Romario. Su rapidez en los tres últimos metros fue única. Coincidí con él en Mestalla y fue una delicia. El futbolista 10, Zidane. ¡Una locura! Me considero un afortunado por haber estado entre ellos. El fútbol es grande, amigo. Te deja cosas para toda la vida. Por eso creo que debemos saber compartirlas con la gente...
Fuente: www.as.com
Bien, con frío. En casita con mi mujer y mi niña, que cumplió el jueves quince meses.
¿Cómo se llama?
Carmen. Un nombre español, con historia y personalidad, ¡ja, ja! Los hay que ponen unos nombres a sus hijos que ya, ya... Cuando se hagan mayores reñirán a sus padres por llamarles así.
¿Cómo vivió aquellos días en los que ardió Atenas?
Vivimos a unos veinte minutos del centro de la ciudad y apenas nos enteramos. Lo vivía en los informativos. Fue muy fuerte, con grandes revueltas en las calles. Un joven murió por un disparo de un policía y se armó un escándalo insólito, pues éste es un país tranquilo. Pienso que además de la protesta por el hecho en sí afloró la frustración de muchísima gente que lo pasa mal, no sólo en Grecia sino en todo el mundo. No son buenos tiempos estos, no...
¿Cómo es su vida un día normal?
Lo que más choca es que la gente habla a gritos. Ya lo percibí cuando estuve en Turquía, en el Besiktas. Ves a dos personas hablando en la calle y por el tono de voz parece que se están matando y no, es que se manejan así. Por lo demás, es una vida mediterránea, me recuerda Valencia. Voy al supermercado y compro prácticamente lo mismo que compraba allí. O en Zaragoza y Vigo... Eso sí, el jamón y el vino me lo manda un amigo aragonés. Envasadito al vacío... y p'alante. La gozada son los paseos por la ciudad, descubrirla, empaparse de su historia... Atenas es increíble. Aquellos griegos antiguos fueron gente extraordinaria. ¿Sabe lo que pienso viendo la Acrópolis, por ejemplo?
Qué maravilla, supongo.
Eso y, sobre todo, lo poca cosa que somos. Y lo grande que fueron aquellas civilizaciones. Por lo que construyeron, por el pensamiento que dejaron... Seguramente eran más felices de lo que somos nosotros: lo tenemos todo y ya ve cómo está el mundo...
¿Y el fútbol?
Muy exigente en lo físico. No es nuestra Liga, pero estás bien o no vales. Olympiacos, Panathinaikos, mi AEK y el PAOK de Salónica están a un nivel superior, pero el resto te complica si te despistas. El ambiente es eléctrico en la grada, el griego es un tipo pasional al máximo.
Usted es el único español en el equipo.
Sí, sólo Sebastián Saja, el portero argentino que pasó por Córdoba y Rayo Vallecano, y Basinas, que llegó desde el Mallorca, han jugado en España.
¿Habla griego, Juanfran?
Lo chapurreo y me parece mal quedarme sólo con eso y manejarme en inglés. Los que llegamos de fuera debemos esforzarnos en conocer el idioma del país que nos acoge. Debería implicarme más en ello, sí.
Entre los nuestros, el amo es Valverde, claro. Su Olympiacos va derecho al título de Liga.
Sí, lo tiene muy bien. Van destacados, están jugando muy bien... Si no puedo serlo yo, me alegrará que uno de los nuestros sea campeón. Hablo a menudo con Óscar, que está con él y fuimos compañeros en el Zaragoza. Sí, les va muy bien.
Esta es su tercera aventura en el extranjero, pues antes pasó por Ajax y Besiktas. Será que la experiencia le llenó.
Siempre, en cada caso. Ves otros mundos, otras personas, otras ideas, otras culturas. Y avanzas en el inglés, idioma básico para ir por el mundo. En mi caso, lo de marcharme a Grecia obedeció a una necesidad brutal de salir de España. Me fui huyendo del trauma que me produjo bajar con el Zaragoza.
¿Se explica ya por qué bajó aquel equipo con Milito, Oliveira, Sergio García, Ayala, usted mismo...?
Pues porque lo hicimos todo mal; se veía venir y no hubo manera de evitarlo. La presión fue aumentando hasta hacerse insoportable. Zaragoza es una ciudad muy futbolera, teníamos un equipazo, la idea era repetir al menos una temporada como la anterior, que nos llevó a la UEFA... De pronto empezamos a perder, cambiamos entrenadores, nos vimos en la cola y aquel Zaragoza no estaba preparado para vivir ahí. No había mentalidad para salir de un pozo en el que nunca pensamos caer. Ya ganaremos un partido, nos decíamos. Cuando pase eso saldremos adelante. Y no lo ganamos... Fue durísimo. El palo más gordo de mi carrera junto a mi otro descenso, el del Celta.
Y más si pensamos que usted se planteó quedarse a vivir en Vigo.
Es que pasé cinco años allí. ¡Lo tenía todo! Piense que marqué el primer gol del Celta en la Champions, aquel 1-1 en Brujas... Y que con su camiseta llegué a la Selección. Los equipos de mi vida son el Celta y el Levante, que me dio la oportunidad de darme a conocer y mi casa en Valencia está a quinientos metros de su estadio... Me crié allí, lo llevo muy dentro. Ojalá los vea a los dos de vuelta a Primera este año.
¿Y lo de Turquía?
Me fui para trabajar con Vicente del Bosque. No se me había perdido nada allí, pero me llamó él personalmente y le dije que sí incluso sin dejarle a terminar su exposición. A Vicente no se le puede decir que no, para mí era un cumplir un sueño trabajar a sus órdenes. La pena es que la aventura duró poco, pues se marchó porque el equipo no ganaba; lo de siempre, vamos. Da igual: Del Bosque tiene una categoría como pocos en el fútbol.
O sea que el Madrid la pifió cuando prescindió de él.
Repase lo que consiguió, recuerde cómo manejaba aquel vestuario y fíjese dónde está ahora: al frente de la mejor selección, donde se merece.
¿Y Holanda?
Una maravilla. Si hay un club que de verdad forma jugadores es el Ajax. Allí percibes lo que es el fútbol de cantera, cómo hay que educar a los niños. No hay un club formativo en el mundo como él. Me sirvió muchísimo para completar mi educación futbolística.
Su otro club fue el Valencia, donde ganó la Copa del 99. ¿Qué le decían entonces sus amigos del Levante?
Nada, me respetaron siempre. Yo conservo amigos de la infancia y esto es fútbol. Y ganar un título, el sueño de todos. También le ganamos la Supercopa al Barça... Lo pasé muy bien en aquel Valencia de Ranieri. Es un gran recuerdo, como el Mundial de Corea.
Pese a Al Gandhour.
Aquella fue la mejor oportunidad que tuvimos para dar el gran golpe antes de esta Eurocopa. Nos quitaron la gran ocasión de jugar una semifinal. Había equipo, todo era posible. Camacho no tuvo suerte ni premio a su trabajo. Era un equipo con calidad, hambre, combinaba juventud y experiencia. Fue una barbaridad lo que nos hicieron contra Corea. Tardaremos en ver cómo a un equipo le anulan dos goles legales en los cuartos de final de un Mundial. Sigo sin digerir aquello. En fin...
¿Sigue usted cantando? ¿Conoce el griego su afición?
No, ahora la que más canta es mi niña...
Ande, que incluso apareció en la primera edición de Operación Triunfo.
Fue con la Selección. Fuimos y Camacho me amenazó: "Cantas o no te llevo al Mundial". ¡Ja, ja! Fuimos a la academia y la directora preguntó si alguno de nosotros cantaba y todos empezaron a gritar ¡Juanfran, Juanfran! Y canté.
Estilo Manolo García, La Caja de Pandora....
Eso es. Y qué caramba, el futbolista debe salir del encasillamiento en el que te mete el entorno que te rodea y tu mismo si no espabilas. Somos gente normal, de este mundo. Si a un tío le apetece cantar, que cante. Que sea él mismo, una persona normal. Yo he aprendido mucho de esto hablando con Arturo Canales y la gente de IMG, mis representantes. Llevo ocho años con ellos y siempre les agradeceré sus consejos, su saber indicarme el camino de verdad. Hoy soy futbolista; mañana, no. Pero debo ser siempre Juanfran. El que empezó en el Levante...
El barbero.
Pues sí. Tengo el título de Peluquería desde los 18 años. Era mal estudiante y mi madre me dijo un día que si no quería libros, a trabajar. Bajé a la calle y en el buzón de mi casa encontré propaganda de una academia. Subí y le dije a mi madre: tranquila, estudiaré para peluquero. Si un día necesita un buen corte, me llama.
¿Cómo me lo haría, a lo Rafa Gordillo?
Perfecto. Rafa será siempre mi ídolo. Me fijaba en él porque jugaba en mi demarcación. Cuando preguntan por una referencia lo fácil es decir Maradona: yo no, yo diré siempre Gordillo. Un fenómeno y también como persona, pues tuve ocasión de tratarlo de cerca.
¿Y un entrenador que no sea Del Bosque?
Hemos hablado antes de mi Valencia. Allí estuve con Ranieri. Siempre me sorprendió lo que le tocó vivir y se repitió con Rafa Benítez. Devolvieron al club títulos perdidos y los marearon hasta aburrirlos con que si el equipo no jugaba bien y cosas así. Buscan un entrenador para que gane, lo hace y salen con que es defensivo u otra cosa.
A Juande le pasa algo parecido.
Ya. Fue mi entrenador en el Levante, establecimos el récord de victorias consecutivas en el club. Ya apuntaba a gran entrenador y ahí está, en el Madrid. ¡Déjenle tranquilo!
¿Quién ha sido el mejor jugador que ha visto?
En el área, Romario. Su rapidez en los tres últimos metros fue única. Coincidí con él en Mestalla y fue una delicia. El futbolista 10, Zidane. ¡Una locura! Me considero un afortunado por haber estado entre ellos. El fútbol es grande, amigo. Te deja cosas para toda la vida. Por eso creo que debemos saber compartirlas con la gente...
Fuente: www.as.com