'Tradición clásica en la
poesía de Aurora Luque'
Josefa Álvarez
Prólogo de Francisco Díaz de
Castro
Editorial Renacimiento (Sevilla,
2013)
164 páginas - 17 €
Ignacio F. Garmendia
"En la poesía de Aurora Luque, Grecia actúa como un
motivo constante y engendrador, como energía directa que funda, esclarece y
permite ver", ha escrito Juan
Antonio González Iglesias, tal vez el poeta que junto a la almeriense más
se ha acercado al legado de la Antigüedad para revisarlo a la luz de la
realidad contemporánea. La presencia del mundo clásico, expresa en muchos de
los títulos de los poemarios de Aurora Luque, es uno de los rasgos que singularizan
la obra de una autora que ejerce como profesora de griego, no en vano ha
traducido a Safo o Catulo y tiene entre sus publicaciones
una estupenda antología -Los dados de
Eros (2000)- de poesía erótica griega. Desde su doble familiaridad con los
autores grecolatinos y con la poesía española contemporánea, Josefa Álvarez ha abordado esta
presencia en páginas iluminadoras -prologadas por el también profesor y poeta Francisco Díaz de Castro- que celebran
el "hedonismo vital" de una propuesta lírica donde confluyen el alto
linaje de Epicuro y los versos, más
imperecederos que el bronce, de Horacio
o el mencionado Catulo. A propósito de esta relación tan larga ya y fecunda,
cita la estudiosa los versos finales de un conocido poema de Luque -Gel, perteneciente a su tercer libro Carpe noctem (1994)- donde la autora
escribe: "Cómo podría desintoxicarme. / Dependo de por vida / de una
droga. De Grecia".
El recurso a la
intertextualidad, el trasfondo reflexivo y moral o la inversión de los motivos
clásicos -aplicados a un sujeto femenino que se presenta menos airado que
divertido- son algunos de los temas analizados en esta monografía que, como
debe hacer siempre la crítica, incita a la relectura. Hay mucha vida en una
poesía que no se limita a glosar los mitos o los pasajes prestigiosos, sino que
dialoga con ellos, los disloca o los actualiza, a menudo en clave irónica. La
mirada posmoderna de Luque parte de la fascinación, pero no se queda en el
homenaje. Por eso sus incursiones en las "figuras, formas e ideas" de
la Grecia eterna -como la llamó el inefable Gómez Carrillo en un libro de viajes traducido por la autora- están
muy lejos del culturalismo decorativo, de la mera estampa neoclásica o de la
recreación historicista de cartón piedra. Por eso su trato con los antiguos no
tiene nada de impostada floritura.
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