Saliendo de la vieja ciudad de Corfú en dirección al sur, al pintoresco pueblo de Gasturi, llegarás, viajero, a uno de los lugares más visitados de la isla: el Aquíleo, palacio real de la emperatriz Elisabet (Sissi) de Austria, quien llegó hasta aquí en busca de una paz interior que nunca pareció encontrar.
Merece la pena que, antes de visitar el edificio principal, te dejes conquistar por la grandeza del lugar, contemplando las estatuas y esculturas que adornan el jardín y el exterior del edificio, todas ellas inspiradas en la mitología griega. Disfruta y saborea la tupida vegetación de los jardines escalonados y, por supuesto, déjate sorprender desde allí por las impresionantes vistas del paisaje corfiota.
Según entras al palacio, observarás las escaleras, que constituyen por sí mismas una excepcional obra de arte que homenajea a la mitología griega con las estatuas de Zeus y Hera, otras estatuas más pequeñas y esculturas menores en yeso. Justo a la derecha, la emperatriz parece mirarte desde su centenario retrato, mientras que a la izquierda te sorprenderá una hermosa chimenea de mármol adornada por pequeñas estatuas. El techo está decorado por un enorme fresco, alegoría de las "Cuatro Estaciones" del año. Al final de la escalera un magnífico cuadro al óleo representa el Triunfo de Aquiles sobre el troyano Héctor.
En el peristilo del Aquíleo destacan las estatuas de mármol de las nueve musas, acompañadas por las estatuas de Apolo y de las Tres Gracias. En el interior de la columnata se conservan trece bustos de antiguos filósofos así como también uno de Shakespeare.
La estatua de mayor valor de todo el Aquíleo es la que representa a Aquiles moribundo, intentando arrancarse del talón la flecha que le arrebató la vida.
La estatua más grande del Aquíleo es la que representa a Aquiles triunfante, un monumento de más de doce metros de altura situado en el centro del jardín real.
Breve historia del Aquíleo
El Aquíleo fue construido entre los años 1889 y 1891 en el lugar en el que previamente se encontraba la mansión de Petros Vrailas-Armenis, un prominente corfiota. La construcción del palacio se llevó a cabo por decisión personal de la empreatriz Elisabet de Austria, animada a ello por el cónsul austríaco Alexander Von Watzberg. El proyecto estuvo a cargo del arquitecto italiano Raffaele Carito, quien diseñó el edificio en estilo "Pompeyano". Toda la decoración, tanto interior como exterior, realizada con estatuas y representaciones pictóricas de la mitología griega, fue elegida por la propia emperatriz, gran admiradora de la Grecia Antigua. También de Elisabet fue la decisión de denominar Aquíleo al palacio, en honor del héroe homérico Aquiles, a quien admiraba especialmente, tanto por su fuerza como por su apariencia, semejante a la de un dios.
La emperatriz visitó el Aquíleo durante largas temporadas hasta 1898, fecha en que fue asesinada en Ginebra por un anarquista italiano. En 1907, los herederos de Elisabet vendieron el palacio al emperador Guillermo II de Alemania, quien también lo visitó en algunas ocasiones y, en cierto modo, lo convirtió en el centro de la diplomacia europea de la época hasta 1914 cuando, tras el estallido de la I Guerra Mundial, pasó a ser utilizado como hospital por las tropas francesas y serbias. Tras el fin de la contienda, el Aquíleo fue otrogado al Estado Griego por el Tratado de Versalles.
Entre 1941 y 1944, el edificio fue utilizado como cuartel por las tropas de ocupación ítalo-alemanas. Tras la II Guerra Mundial, pasó de nuevo a manos del Estado Griego y comenzó a ser gestionado por la Organización Nacional Helénica de Turismo.
Enlaces: Paseo virtual por el Aquileo
Agradecimientos: Constantinos Sfikas