«… Ελλάς άπασα μετέωρος ήν», escribió Tucídides: «Toda Grecia estaba en
el aire». Metéoros refiere lo que
está en el aire, lo que está suspendido, flotando; también lo que está en vilo,
lo incierto; y, por último, lo que está aún pendiente de su cumplimiento. Así, en el aire, dice el historiador que
estaba toda Grecia cuando Esparta venía contra Atenas por esas colinas azuladas
que se ven ahí al fondo y había en ambos bandos jóvenes temerarios e incautos
dispuestos a emprender una guerra. Hoy, Grecia, que es al tiempo un país y un
desafío ético, sigue en el aire,
flotando, desgranada. También incierta, pendiente de su cumplimiento. Y, por
supuesto, en vilo, amenazada siempre.
Para empezar, hay que estar
dispuesto a aceptar que las actitudes y conquistas que hoy consideramos un valioso
legado de los griegos fueron en realidad gestos de resistencia: la rebeldía de
algunos individuos, griegos de sangre o de espíritu, ante la propia sociedad en
que vivieron. Incluso en los momentos recordados como de mayor esplendor, una cosa
fueron las aspiraciones y otra la realidad dominante. Ambas fueron Grecia, y a
menudo pensamos en su herencia atrapados en esta confusión. Pero lo cierto es
que entonces, al igual que ahora y que siempre, hicieron avanzar al hombre
quienes trataron de luchar contra la injusticia y la ignorancia, y lo hicieron
hundirse, quienes, por conveniencia o ignorancia aún mayor, optaron por
favorecerlas.
Pedro
Olalla – “Grecia en el aire”
Acantilado
(Barcelona, 2015)
Una
mirada a nuestros orígenes griegos
Pedro
Olalla presenta su nuevo libro “Grecia en el aire” en una entrevista concedida a la
cadena SER que pueden escuchar haciendo click sobre la imagen de abajo.