Si alguien calcula cuántos
aceites de oliva existen en el mundo y cuántas toneladas de aceite representan;
si además calcula cuántas zeolitas naturales y artificiales existen, entonces
podrá entender la invención del Zeólado y darse cuenta de que el Zeólado
constituye una innovación griega a nivel mundial. Si además evalúa el hecho de
que Grecia posee uno de los mejores aceites de oliva del mundo y estima que el
país dispone de enormes depósitos de clinoptilolita, o sea, una de las zeolitas
más eficaces en múltiples aplicaciones, a lo que se suma su contexto natural,
entonces se dará cuenta de que el Zeólado como idea funciona como punta de
lanza en calidad. Porque la combinación del aceite de oliva y la zeolita puede
que ataña sin ningún problema no sólo al aceite de oliva extra, sino que puede
que sea sin ningún obstáculo totalmente biológico, ya que la zeolita como
fungicida y contra la mosca del olivo asegura la resistencia del olivo contra
los ataques, sin ninguna interferencia de cualquier otro producto. Los análisis
químicos demuestran en la práctica la calidad del Zeólado para el aceite de
oliva verde, algo que fascina a los cultivadores. Mediante las espectaculares
propiedades de la clinoptilolita, que detienen los metales pesados, las toxinas
y los radicales libres, la tierra de los olivares se hace aún más fértil y
ayuda a estos nuestros árboles que constituyen el símbolo de nuestro país.
Ahora, cualquier productor griego puede aprovecharse de esta innovación para
ofrecernos una mayor calidad a todos nosotros.
Nikos Lygerós
Traducción al español:
Eduardo Lucena González y Olga Raptopoulou