miércoles, 19 de diciembre de 2012

"ISMENE" DE YANNIS RITSOS

Yannis Ritsos - "Ismene"
Traducción de Selma Ancira
(Acantilado. Barcelona, 2012)
96 páginas - 16,00 €


Manuel de la Fuente. Madrid

Yannis Ritsos nació un Primero de Mayo. Quizá esa fecha tan señalada para el movimiento obrero y la Internacional fueran una profecía, un augurio de lo que serían la vida y parte de la obra de este gran poeta griego entregadas a la causa comunista, lo que le valió amargas temporadas en prisión.

Ritsos vio la luz en 1909 en una pequeña ciudad del Peloponeso en una familia de terratenientes, pero que se estaba viniendo abajo económica y humanamente. Su madre y su hermano murieron cuando Yannis tenía doce años, y su padre acabó preso de la locura.
Yannis Ritsos perteneció, como Odysséas Elýtis, a la llamada en Grecia Generación del 30, que se correspondería con la del 27 española, aunque cronológicamente, tanto Ritsos como Elýtis estuvieran más cerca de la del 36, la de Luis Rosales, Luis Felipe Vivanco y Dionisio Ridruejo. Elýtis nunca se mezcló en política, tal vez por ello sí consiguiera el Premio Nobel (1979), galardón al que Ritsos fue candidato en numerosas ocasiones sin conseguirlo, aunque sí obtuvo el llamado Nobel comunista, el Premio Lenin.


El «Tractor» comunista

Yannis Ritsos solía decir que la poesía pocas veces tiene la última palabra, pero que casi siempre tiene la primera. Y sus primeras poesías llegaron pronto, cuando a los veinticinco años publicó «Tractor», su primer libro. Un título que huele, evidentemente, a realismo socialista, ya que desde tres años antes de esta publicación, en 1931, Ritsos ya era miembro del Partido Comunista Griego. Pero la obra de Yannis como la de Elýtis es fundamental para la renovación de la poesía griega del siglo XX. Asimilaron las vanguardias, bebieron del surrealismo, y recrearon los mitos de la Grecia clásica con tintes de modernidad.

Yannis Ritsos también escribió prosa, teatro y fue excelente traductor del ruso (Maiakovski) y del español (Neruda, Nicolás Guillén). Dentro de su mundo poético, además de títulos trascendentales como «Grecidad» y «Sonata del claro de luna», ocupan un lugar muy destacado sus bellísimos monólogos, en los que traslada el mundo mítico de la tragedia griega a un escenario contemporáneo.

Uno de ellos es «Ismene», hija del incesto entre Edipo y Yocasta, su madre. En esta bellísima edición (como suele ser habitual en Acantilado) bilingüe con extraordinaria traducción (otra habitual tradición de esta editorial) de Selma Ancira nos encontramos al poeta griego en su total esplendor.

Es difícil escribir o reescribir la vida y milagros de aquellos dioses del firmamento heleno, y más aún es ligar con trabazón contemporánea su mitología, una de las columnas sobre las que se asienta la civilización occidental. Imaginen, por ejemplo, algunos capítulos o episodios de la Biblia reinterpretados por un poeta genial, aquel imposible, aquella utopía de la Biblia en verso. Yannis Ritsos lo borda con su lírica. La tragedia, seres más allá de lo humano pero que sufren como mortales, victoria y derrota, grandeza y traición, violencia y venganza.
Yannis Ritsos consiguió el milagro de escribir sobre dioses con los versos más humanos, de escribir sobre héroes y reyes con la libertad y la pasión del rebelde.


Yannis Ritsos «Ismene» (fragmento)

Si me quitara todas las pulseras, si por la noche
dejara sueltos mis cabellos,
si desatara los cordones de mis sandalias y, sobre
todo, si me quitara
estos pesados collares que me aprietan la garganta
como argollas,
apuesto a que saldría volando, me volatilizaría. No
quisiera.
Quizá por eso los uso. De alguna manera
me fijan,
aunque con frecuencia me estorban; —aun en sueños
los llevo puestos, como si fuera
un perro al que yo misma he atado frente
a una puerta caída.


Desde: abc.es



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