Por Vicky Rouska
Curso de bailes griegos en Noreña (13 de marzo de 2010)
Me he sorprendido gratamente al enterarme en diferentes ocasiones de que en España hay gente interesada en difundir las danzas tradicionales griegas. Primero supe de la buena labor de la Sección de Griego Moderno en el Centro de Lenguas Modernas de la Universidad de Zaragoza en esa dirección, y, luego, del taller en Asturias, en el pueblo de Noreña, por este mismo blog.
Llevaba sin bailar algo griego desde la época del instituto, cuando, en los días de lluvia, en vez de practicar deportes en el patio, la profesora de gimnasia a menudo nos ponía a bailar calamatianós en un espacio cubierto que, aunque desprovisto de equipamiento, nos servía de gimnasio.
Era el segundo año que tenía lugar el taller. El Instituto de Enseñanza Secundaria de Noreña y la Asociación Asturiana de Profesores de Latín y Griego Céfiro se encargaron de la organización. De Pamplona, de la Escuela de Danzas Populares del Mundo Ainara, vinieron las dos profesoras (Sorne Lizarraga y Yolanda de la Rúa) junto con parte del alumnado de allí. También contamos con la presencia de un profesor griego, Jristos Sidirópulos, que nos enseñó danzas de Pondos (una región del Mar Negro que actualmente pertenece a Turquía).
Estaba encantada de volver a Asturias por segunda vez por el paisaje de gran belleza natural que ofrece al visitante y por el ambiente que la otra vez había percibido tan familiar. Bailar no es mi fuerte, digamos, pero fui dispuesta a pasármelo bien. El pueblo de Noreña se encuentra en la zona central del Principado, a apenas 10 kilómetros de Oviedo. Nos hizo un día lluvioso y bastante fresco, pero en el gimnasio del centro educativo los ánimos estaban altos. Éramos unas 40-50 personas y había gran variedad de edades, sin embargo las mujeres éramos mucho más numerosas que los hombres. Habíamos venido de varios sitios: Asturias, Navarra, Cantabria, La Rioja y Madrid. Arrancamos con bailes de pasos relativamente sencillos. El primer tema que sonó fue Κάτσε καλά (Sienta cabeza), un conocidísimo jasaposérvico que interpreta Costas Makedonas… ¡Así empezamos bien!, pensé.
Los profesores estaban de espaldas a nosotros, de manera que pudiésemos mirar los pasos en todo momento. A veces, los participantes acabábamos mezclándonos, y así algunos pudimos presentarnos muy brevemente. En el recreo, los que veníamos por primera vez conocimos a nuestros profesores, que en todo momento nos dieron un trato muy amistoso. Al final de la parte matutina, repasamos lo aprendido y, acto siguiente, fuimos a comer para coger fuerzas.
En el folleto que nos había repartido María, Noreña se anunciaba como la capital gastronómica del Principado de Asturias, contando con una importante industria chacinera y productos de reconocida calidad. Hasta descubrimos una escultura del Gochu (variedad de cerdo presente en Asturias), erigida como homenaje al animal. Mejor no hago referencia a los yantares del almuerzo y de la cena, por si algún lector se ha acercado con hambre a estas páginas...
En la segunda parte, y casi al final, los pasos de los bailes empezaron a ser un poco más complicados, y, no obstante, al cabo de tantas horas veías que nadie notaba cansancio físico. Comprobabas que –sorprendentemente– las personas de más edad eran con toda probabilidad las que aportaban más vitalidad y expresividad, y que vivían más intensamente cada movimiento. Terminamos repasando los 11 bailes aprendidos y haciendo todos juntos la foto conmemorativa.
Hay que comentar que en la cena no pusieron música desde el principio para que la gente no dejara la comida por el baile, pero os aseguro que la ausencia musical no duró mucho y a los pocos minutos los manjares se estaban enfriando en las mesas casi vacías de comensales. Con nosotros estuvieron varios miembros del grupo de danzas tradicionales asturianas Vezos Astures que no dejaron de enseñarnos algo del arte local.
Los participantes no eran todos aficionados a la cultura griega; también había gente interesada en aprender simplemente bailes tradicionales de otro país. Como es conocido, el baile reúne a la gente y le ayuda a expresarse de la misma manera que lo hacen los idiomas y la forma de vestir. Y aunque nuestra reunión fue breve, disfrutamos al máximo en buena compañía.
La jornada no hubiera sido posible sin la excelente coordinación de la profesora de Griego Antiguo del IES de Noreña María de Paz, y tampoco hubiera sido tan entrañable sin sus ganas de hacer que disfrutáramos todos y cada uno de nosotros bailando y conociéndonos unos con otros. Hay que destacar además la amable presencia de Blanca Llorente, otra gran conocedora de los bailes griegos y colega de María de Paz, cuya grandísima sonrisa nos hizo sentir como en casa.
Gracias a toda la gente que trabaja para que se lleven a cabo iniciativas así, la cultura griega da un paso más allá de sus fronteras y se dejan visualizar facetas suyas poco conocidas a los extranjeros. La danza es un claro ejemplo, contribuyendo a una mutua comprensión de los diferentes pueblos. Espero que se siga apostando por acercamientos así, que nos hagan a todos personas más completas y ricas en experiencias.
Enlaces:
Céfiro: http://blog.educastur.es/asturcefiro/2010/03/16/curso-de-bailes-griegos-en-norena-13-marzo-2010/
Ainara: http://www.ainarabailes.es