En la Jornada celebrada en
Atenas el pasado lunes 23 de noviembre, con ocasión del Día Mundial de la
Filosofía, el Forum Filosófico Internacional "Anadrasis" ha
reconocido con sus premios Pausanias, Eurípides, Diotima, Parménides y
Heráclito la labor de cinco intelectuales en distintos campos del conocimiento
y la creación. Luca Lo Sicco, Pedro Olalla, Helen Lieros, Andrew Irvine y Raúl
Pérez Enríquez recibieron las respectivas distinciones en el acto de clausura
de una interesante jornada científica con el lema "Música, matemática,
astronomía, filosofía", organizada en Aegean College of Athens bajo los
auspicios de la Universidad de Atenas.
martes, 24 de noviembre de 2015
miércoles, 18 de noviembre de 2015
domingo, 15 de noviembre de 2015
«TRAS LAS HUELLAS DE HERÓDOTO» DE ANTONIO PENADÉS
Tras las huellas de
Heródoto - Antonio Penadés
Editorial Almuzara,
(Córdoba, 2015)
Colección Sotavento
384 páginas - 25,00 €
Uno de mis pequeños rituales de lector consiste en hacer coincidir el comienzo de la lectura de un libro con el día en que entra una nueva estación. Tras las huellas de Heródoto fue la obra que elegí para dar la bienvenida al otoño sin saber que esa era también la estación que su autor, Antonio Penadés, escogió para realizar el viaje que motivó la escritura de su libro. Penadés, historiador, periodista y abogado, es también un apasionado filoheleno que ya nos regaló hace unos años la magnífica novela El hombre de Esparta (Edhasa, 2005) y, más recientemente, los ensayos Cinco miradas sobre la novela histórica (Evohé, 2009) y El declive de Atenas (National Geographic, 2013), obra esta última que, por cierto, me solicitaron algunos amigos griegos y que, naturalmente, les hice llegar con sumo placer.
En Tras las huellas de Heródoto Antonio Penadés nos relata su periplo por las regiones turcas bañadas por el mar Egeo, las mismas tierras que en su día, hace varios miles de años, fueron colonizadas por los griegos y en las que la presencia de una población mayoritariamente helénica se prolongó hasta hace poco más de noventa años cuando, tras la Guerra greco-turca (1919-1922), y mediante el Tratado de Lausana (1923), ambos países acordaron un intercambio de población que obligó a más de un millón de griegos que habían vivido durante generaciones en Asia Menor a abandonar para siempre aquellas tierras y trasladarse a Grecia.
Penadés, antes de dar
comienzo al relato de su viaje, nos habla en la introducción del libro de su
descubrimiento de Heródoto de Halicarnaso y de la fascinación que sintió, a
medida que fue profundizando en la lectura de su obra, por aquel hombre de
origen griego, súbdito de una satrapía persa, considerado el padre de la
historiografía.
Como parece lógico, el punto
de partida elegido por el autor de Tras
las huellas de Heródoto para su viaje es Halicarnaso o, mejor dicho,
Bodrum, la actual ciudad turca asentada sobre la polis que vio nacer a Heródoto. Allí comienza la narración de una
travesía que, ordenada en nueve capítulos dedicados a las antiguas regiones
helénicas del oeste de la península de Anatolia, terminará (con un sorprendente
encuentro incluido) en Estambul.
Con la Historia de Heródoto en la mano, el pensamiento siempre dirigido al
mundo antiguo, la mirada en la Turquía contemporánea y su Renault Clío
siguiendo, en la medida de lo posible, la ruta por la que transcurrió el paso
del ejército del rey Jerjes I de Persia para invadir Grecia, Antonio Penadés
nos presenta el ayer y el hoy de las tierras de Caria, Jonia -todavía hoy,
árabes y turcos se refieren a Grecia como Ionán y Yunaninstán,
respectivamente-, Frigia, Lidia, Eolia, la Tróade, Quersoneso y Bizancio.
En esta su nueva obra
Antonio Penadés entrelaza de forma magistral en su texto la historia,
mitología, religión, filosofía, arte y arqueología de cada uno de los lugares que
visita. Así, si bien toma como hilo conductor de su relato la Historia de Heródoto, no duda en referir
al lector otros hechos históricos anteriores y posteriores a las
guerras Médicas. Quedan, pues, reflejados en el libro acontecimientos que van
desde la colonización griega de las costas de Asia Menor hasta la conocida como
Catástrofe de Esmirna, pasando, por ejemplo, por las guerras del Peloponeso y
de Troya o por la gran campaña que llevó a Alejandro Magno a extender su
imperio hasta las orillas del Indo. Dioses, héroes, filósofos, tiranos, reyes, eunucos,
guerreros, médicos, historiadores, arqueólogos, arquitectos y poetas, entre otros,
desfilan por las páginas de este libro que todo filoheleno debería leer y, sobre
todo, disfrutar. Deliciosas resultan, por ejemplo, las descripciones del avance
hacia Grecia del ejército multicolor y multirracial de Jerjes, una
concentración humana de más de doscientas mil personas; o de los sitios arqueológicos
en los que Penadés guía y muestra con detalle al lector tanto lo que puede
verse como lo que (ya) no se ve. ¿Se han preguntado por qué todos los templos
griegos, desde el más antiguo hasta el más reciente, están rodeados de
columnas? Pues la respuesta la encontrarán en este libro plagado de joyas históricas que
es Tras las huellas de Heródoto.
Pero lo mejor de esta
crónica de viajes, de este excelente ensayo histórico, no es, creo yo, la
gran cantidad de conocimientos y datos que el historiador Antonio Penadés
ofrece al lector; lo mejor de la obra es, en mi humilde opinión, la manera
apasionada y humana en la que el viajero, el hombre Antonio Penadés presenta sus conocimientos y narra la
experiencia vivida. Porque Tras las
huellas de Heródoto es una obra escrita por un historiador, pero también
por un hombre que comparte con sus lectores reflexiones personales, hermosas
puestas de sol sobre el Egeo, miradas nostálgicas a las cercanas islas griegas, el
placer de tomarse una cerveza a la caída de la tarde, lo poco agradable que le
resulta el etno-pop turco al escuchar la radio, o los momentos de angustia que
tuvo que superar para llegar a lo más alto de la Acrópolis de Sardes.
Como buena crónica de viajes,
Tras las huellas de Heródoto también es un retrato de la Turquía actual, país
que sorprendió gratamente al autor por la simpatía y amabilidad de sus gentes (“los
turcos superan a los griegos en facilidad para entablar una conversación”, afirma
en la página 74), a pesar de la indolencia de algún que otro guarda en los
sitios arqueológicos o de las restricciones del ejército turco para acceder a
ciertos lugares.
Tras
las huellas de Heródoto es un libro escrito con pasión, esa
misma que el autor, también profesor de escritura creativa, considera
imprescindible para emprender como escritor cualquier tipo de aventura literaria.
Pasión y entusiasmo que Antonio Penadés contagia al lector desde la primera
página de esta obra que, en estos tiempos en que la cultura clásica anda tan
maltratada, no estaría mal que los profesores de clásicas recomendaran a sus
alumnos. Yo recomiendo vivamente su lectura a los amigos y seguidores de La Pasión Griega. Si algún día me decido
a visitar el legado helénico que se conserva en territorio turco, la llevaré
conmigo para caminar yo también tras las huellas de Heródoto… y tras las de Antonio Penadés.
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Tras las huellas de Heródoto
Presentación en Murcia
20/11/2015 - 19:30 horas
Librería Diego Marín - C/ Merced, 25
Publicado por
Νίκος-Εμμανουήλ
en
20:51
sábado, 7 de noviembre de 2015
NEKTARÍA KARANTZÍ. HIMNOS BIZANTINOS EN ASTURIAS
Los amigos asturianos tendrán próximamente la posibilidad de escuchar en directo a una de las mejores intérpretes griegas de música bizantina: Nektaría Karantzí. La artista ha sido invitada por el Departamento de Musicología de la Universidad de Oviedo para dar una clase magistral sobre el oktoíjos bizantino. Será el 12 de noviembre, a las 18:30 horas, en el Campus de El Milán.
Al día siguiente, 13 de noviembre, a las 20:30 horas, Nektaría Karantzí
interpretará himnos bizantinos en la iglesia
de San Isidoro el Real de la capital asturiana, dentro del Ciclo de Música
Sacra Maestro de la Roza.
He aquí unas notas biográficas de la cantante junto con el programa musical que interpretará en Oviedo:
He aquí unas notas biográficas de la cantante junto con el programa musical que interpretará en Oviedo:
La voz de Nektaría Karantzí está reconocida como
una de las más importantes del canto bizantino. Es la única cantante griega del
género con discografía desde los catorce años de edad, aunque ya había comenzado
sus contactos con esta música a los nueve, en el coro de la iglesia.
En sus primeras grabaciones
Nektaría acompañó a un santo contemporáneo, San Porphyrios el Kapsokalyvite, y
gracias a su apoyo inició sus estudios de música bizantina graduándose en la
Escuela de Música Bizantina de la Santa Metrópolis de El Pireo con profesores de
la talla de Dimitris Verykios. Nektaría ha sido invitada por la Academia
Franz Liszt de Música en Hungría y por la Universidad de la Sorbona en Francia, donde impartió una clase magistral de música bizantina. Ha ofrecido conciertos de música bizantina y folclórica en Grecia, Francia, Hungría, Serbia,
Turquía, Estonia, Suiza, Letonia, Luxemburgo, España, Italia...
Es fundadora y presidenta
honoraria de la Asociación Panhelénica de Mujeres de Música Sacra Bizantina y
ha sido reconocida por los cantores de este género a través de la Sociedad
Musicológica Helena y la revista musical To Psaltiri. Es directora
artística de la Escuela de Música Tradicional Jronis Aidonidis y
es relaciones públicas y responsable de Prensa y Comunicación de la Orquesta
Sinfónica Metropolitana de Atenas.
Nektaría ha estudiado
Derecho, con postgraduados en Derecho Penal y Eclesiástico y es Doctora en
Derecho. Ha trabajado como editora en Law Publishers P. Sakoulas, en la revista Crónicas de Derecho Penal y como asociada del Departamento de
Derecho Penal en la Universidad de Atenas.
1. Salmo 33 de David -
Terirem (1er tono plagal). Manolis Chatzimarkos
2. Himno Trisagion (1er tono
plagal). Kyriakos Ioannides
3. Panayia Déspina (tono
grave diatónico).Hmk. D. Daniilides de Katounakia (Monte Athos)
4. Entraré en tu casa (del
Salmo 5 de David,4º tono plagal)
5. Salmo 65 de David -
Terirem (2º tono plagal).Monjes de Simonopetra (Monte Athos)
6. Polyeleos "Alabad al
Señor todos los fieles" (1er tono plagal). Peter Lambadarios o Peloponisios
7. Señor de las santas
Virtudes (2º tono plagal)
8. Alabad al Señor (3er
tono)
9. Primer gran Prokeimenon
de Cuaresma:"No vuelvas el rostro de tu siervo"(4º tono plagal)
10. Oh, Virgen Pura. Himno a
la Madre de Dios (1er tono plagal). San Nectarios de Aegina.
Nektaría Karantzí - El lamento de la Virgen
Enlaces:
Publicado por
Νίκος-Εμμανουήλ
en
18:57
viernes, 6 de noviembre de 2015
«TU PROPIA HISTORIA», ARTE Y MEMORIA HISTÓRICA EN TESALÓNICA
La exposición "Tu propia historia" (Historias personales de la Segunda Guerra Mundial) estuvo compuesta por una serie de eventos
culturales que se desarrollaron entre el 9 y el 13 de noviembre en el espacio cultural “Bensousan Han” en Tesalónica.
Ocho artistas rememoraron los acontecimientos
que vivieron a través de las historias que les contaron sus abuelos y que han
llevado en su interior durante toda su vida. Son diferentes los motivos que han
impulsado este proyecto, aunque el más importante es rendir homenaje a las
personas que en buena medida marcaron su infancia.
El público asistente entró en una
especie de máquina del tiempo que lo transportó al pasado, setenta años atrás,
sobre todo a los años de la Segunda Guerra Mundial y de la ocupación alemana de
Grecia. Allí pudo conocer una serie de historias personales de carácter
autobiográfico que eran tema central de la exposición, cuyo comienzo en el
tiempo se podría situar en la trágica Noche de los Cristales.
Artistas participantes:
Artemis Alcalay - Artista visual
Elli Velliou - Artista visual
Dimitirs Karageorgos - Compositor
Chryssoula Kehagioglou - Cantante
Apostolis Filippou - Artista visual
David Benforado - Artista visual
Eleni Vergeti - Actriz
Lía Koutelieri - Artista visual
David Benforado - Artista visual
Eleni Vergeti - Actriz
Lía Koutelieri - Artista visual
Dirección artística y producción: Elissavet Hasse
Lugar: "Bensousan Han" - Edessis 6 - Tesalónica
APOSTOLIS PHILIPPOU
Proyección del vídeo de Apostolis Philippou
Años de
infancia y de adolescencia en los que Miranda, a la vez que aprendía los
trabajos del campo, enseñaba a las chicas del pueblo a bailar el vals y el
tango con el gramófono que le había robado al barbero. En 1944 llegó la tan
esperada liberación y la familia pudo instalarse de nuevo en Volos. Allí, en
tan solo una semana, enfermó y murió de tifus la pequeña Daisy. Allí conocieron
la noticia de que todos sus familiares, absolutamente todos, habían sido
asesinados en los campos de exterminio. Luego llegó el traslado a Atenas y la
boda de Miranda en 1952
El público asistente pudo conversar directamente con la artista Artemis Alcalay y con su madre, Miranda.
APOSTOLIS PHILIPPOU
Proyección del vídeo de Apostolis Philippou
Apostolis Filippou participó en la exposición ”Tu propia historia” con el relato de la historia personal de su padre, Yannis Filippou. "Era un niño de 11 años -cuenta Apostolis- que vivía en El Pireo
durante el periodo de la ocupación. Para contar su historia realicé un vídeo de nueve minutos
de duración y una instalación que básicamente es la narración de un anciano que me sirvió para componer una imagen de la ocupación en El Pireo. A través de
cierto cinismo y de la dureza de la vida diaria de aquellos años, surge el sentimiento
de un hombre que logró sobrevivir; sentimiento que utilicé como una fotografía
que habla del pasado, un pasado que intenté reconstruir en mi mente. Surgió
también una figura paterna que tal vez había subestimado y a la que ahora decidí otorgar el relieve que merecía".
Cuatro imágenes de las obras de Apostolis Philippou
ARTEMIS ALCALAY
Miranda Alcalay en el vídeo en el que relata su historia
La artista Artemis Alcalay presentó un
vídeo de 20 minutos de duración en el que se relataba la historia de su madre,
Miranda Iosif-Alcalay. Mientras se proyectaba el vídeo, la artista tejía en la
misma sala un suéter de cinco metros, rodeada de varias de sus obras: una cinta
roja tejida a mano como hilo conductor de la narración y tres suéters en los
que podía leerse, siguiendo la característica caligrafía de Miranda; tengo
frío, tengo hambre y tengo miedo.
En el vídeo testimonial de
Miranda Alcalay, aparece también su primo, Zakinos Levis; ambos, junto al resto de su familia, vivieron escondidos en el pueblo de Kapurna de Pilio. Miranda nació en Tríkala en
1929, y era hija de un empleado del Banco Nacional de Grecia fallecido prematuramente. Junto a su madre, Nina, y a su hermana, Daisy, se trasladó a
vivir a Volos bajo la protección de unos familiares. Con el estallido de la
guerra y el bombardeo de la ciudad por los italianos tuvieron que refugiarse
en una fábrica de tabaco para posteriormente, huyendo del hambre y la persecución,
instalarse durante un año en el cercano pueblo de Anakasia.
Zakinos Levis
Con la llegada de
los alemanes las cosas cambiaron. Conocida la noticia de que los Judíos de
Tesalónica estaban siendo deportados a Polonia, la familia entera tuvo que
dejar el pueblo y huir a las montañas cercanas a Kapurna, para vivir junto a los
guerrilleros de la resistencia. Allí el único enemigo común eran los alemanes y
nadie más. Vivían gracias a la solidaridad y protección de los habitantes del
pueblo. Miranda, una niña criada en el seno de una familia acomodada, tuvo que
aprender a hilar, amasar, cortar leña, transportar agua, segar, tejer ropa para
los habitantes del pueblo que a cambio les ofrecían legumbres y miel.
El público asistente pudo conversar directamente con la artista Artemis Alcalay y con su madre, Miranda.
DAVID BENFORADO
David Benforado (Foto: Nelly Tragousti)
David Benforado, artista ateniense residente en Berlín, presentó "El testimonio de Sara Benforado", la conmovedora historia de una mujer que vivió el desarraigo de su familia, fue salvajemente golpeada
cuando tenía veinte años y enviada a Auschwitz, donde consiguió sobrevivir,
entre otras cosas, porque sabía francés y por haber tejido un suéter para
Mengele. La historia se ofreció al público como una narración en forma de monólogo que interperó la actriz Eleni Vergeti.
Eleni Vergeti
Instantánea de la narración de la historia de Sara Benforado
Sara Benforado, como la
mayoría de supervivientes de los campos de concentración, contó detalladamente
a su familia el sufrimiento y el horror que experimentó a diario durante
aquellos años. Falleció en Tesalónica en 2005 y dejó su testimonio registrado
en el libro “Testimonios orales de los Judíos de Tesalónica sobre el Holocausto”,
de Erika Kunio-Amarilio y Albertos Nar, Ediciones Eurasía. (ISBN 978-618-5027-50-6)
ELLI VELLIOU
Imagen en blanco y negro de la instalación "Antonis"
Así nos relata la artista Elli Velliou la historia que dio origen a su instalación titulada "Antonis": "En el año 1944, a la edad de
11 años, Antonis K. quedó ciego y perdió la mano derecha a causa de la explosión de
una mina nazi cuando intentaba traspasar
una alambrada en Atenas. Revisando su bien surtida colección de música, escuché
cassettes que había grabado mi hermana cuando éramos pequeñas. El último
cassette terminaba con el cuento “El príncipe feliz” de Oscar Wilde. Lo
consideré como un mensaje de él para nosotras, y ese cuento constituye la base
de la instalación que presento. Antonis en lo alto, como la estatua del
príncipe feliz, invita a todos y cada uno a convertirse en sus ojos y a ayudar
siempre a nuestros semejantes. (El visitante, a la vez que entra en el espacio
de la instalación, escucha el mismo cuento que grabó mi abuelo de un programa
radiofónico)".
Dos imágenes de la obra presentada por Elli Velliou
DIMITRIS KARAGEORGOS & CHRYSSOULA KEHAGIOGLOU
El compositor Dimitris Karageorgos y la cantante Chryssoula Kehagioglou participaron con una actuación musical, parte de la cual puede contemplarse en el siguiente vídeo en el que, antes de interpretar su canción, la cantante dice: "Caminamos sobre los pasos de otras personas para encontrar una patria. Algunos nos llaman viajeros; otros nos llaman refugiados".
Dimitris Karageorgos & Chryssoula Kehagioglou
"Morena me llaman" (Anónimo, siglo XV)
Lírica tradicional sefardí
Morena me llaman,
yo blanca nací.
Morena me llaman,
yo blanca nací.
De pasear galana
mi color perdí.
De pasear galana
mi color perdí.
LÍA KOUTELIERI
La artista Lía Koutelieri nos cuenta que la obra que presentó estaba "centrada en el cuerpo humano como receptor de violencia, los traumatismos
corporales y los límites del cuerpo. La violencia física fue el arma principal
de los nazis como medio de castigo y tiene como último objetivo la desaparición
final del cuerpo. En mi obra, hay una clara referencia a la violencia física,
que inevitablemente conduce a la violencia psicológica y al traumatismo permanente del cuerpo y del alma.
El enfoque del tema se realiza mediante una confrontación entre el idealismo y
el humanismo alemán. El proyecto está basado en el poema de Paul Celan titulado "Fuga de la Muerte” en combinación con la obra de Caspar David Friedrich, “El
caminante sobre el mar de nubes”. La filosofía alemana se basa en el idealismo.
Los regímenes totalitarios utilizan a menudo las ideas filosóficas más
profundas para servir a sus intereses a riesgo de colocar la dignidad humana en
segundo lugar en beneficio de una "gran idea". Protagonista de mi
obra artística es el testimonio humano de la verdad a través de la narración de
la escritora y poeta Nina Nachmias".
"El medio artístico para la
ejecución del proyecto es la Instalación en un túnel oscuro. Los elementos que
componen la instalación son: radiografías procesadas con técnica mixta sobre
vitrinas iluminadas en el espacio expositivo con acompañamiento de sonido e
imagen".
"Nina Nahmias es una de las víctimas de la
ocupación alemana de Grecia. A la edad de 16 meses fue víctima de la barbarie de los ocupantes.
La herida dejada que la violencia dejó en su cuerpo permaneció indeleble en su
pensamiento y su alma. Nina Nahmias no recuerda mucho de la vida en Atenas en
1940, pero recuerda las consecuencias de la ocupación alemana durante las
décadas que siguieron. Recuerda de la pobreza, el miedo y la amargura de la
guerra civil que siguió a la ocupación. En un momento de ausencia de sus
padres, soldados alemanes entraron en la casa donde cuidaba de ella una amiga
de su madre. Era una niña de tan sólo 16 meses, casualmente de ascendencia
judía. Los soldados la golpearon en la cabeza y cayó inconsciente sobre el
suelo. Los soldados la creyeron muerta y la abandonaron. Algunos médicos
lograron salvarla y su familia intentó
ofrecerle toda la seguridad que se podía proporcionar a alguien en un período
tan difícil de la historia. La incapacidad que le dejó aquel trauma dejó
también psíquica que sigue hasta el día de hoy sin encontrar cura alguna".
“¿Bastan una fotografía y
una declamación despertar recuerdos y para desempeñar una función pedagógica?
Para aquellos que no quieren cerrar los ojos a la verdad ni dar la espalda a la
historia son más que suficientes”.
SONIDOS DEL LEVANTE
Grupo "Sonidos de Levante" (Cortesía de David Benforado)
De entre las actividades paralelas destacó la actuación del grupo musical Sonidos del Levante. Sus componentes, Nikos Tzannis-Ginneroup, Chrisostomos Vletsis y Nikos Varelás, interpretaron canciones sefardíes de Constantinopla (Estambul), Tesalónica y Esmirna.
A partir del siglo XV, en las grandes ciudades de los Balcanes, entonces bajo dominio otomano, se estableció una gran comunicad de judíos de lengua española que, con el paso del tiempo, quedó incorporada a la sociedad otomana en la que la identidad quedaba determinada por la religión. Tal vez por eso se explica que al público griego le resulten tan familiares las canciones sefardíes que unen la tradición musical de la antigua Constantinopla, de Tesalónica y de otras grandes ciudades de la región con la lengua de la España de Cervantes.
Sonidos del Levante presentó diferentes ejemplos de música otomana con letra en español, desde los tsifteteli de las tabernas hasta las canciones de prisión pasando por los cantos del comienzo del Shabbat, las canciones de las trabajadoras de las fábricas de tabaco de Tesalónica o los himnos religiosos que se cantaban en la sinagoga en español; incluso rebético interpretado en ladino, ese dialecto del castellano medieval con elementos del catalán, del portugués o del modo de hablar de Andalucía que es la lengua en la que se canta el flamenco. Canciones que hoy, día a día, van desapareciendo con el cambio generacional de esta comunidad que quedó prácticamente aniquilada durante la II Guerra Mundial.
El jueves 12 de noviembre, el público tuvo la oportunidad de conversar con todos los artistas participantes.
A partir del siglo XV, en las grandes ciudades de los Balcanes, entonces bajo dominio otomano, se estableció una gran comunicad de judíos de lengua española que, con el paso del tiempo, quedó incorporada a la sociedad otomana en la que la identidad quedaba determinada por la religión. Tal vez por eso se explica que al público griego le resulten tan familiares las canciones sefardíes que unen la tradición musical de la antigua Constantinopla, de Tesalónica y de otras grandes ciudades de la región con la lengua de la España de Cervantes.
Sonidos del Levante presentó diferentes ejemplos de música otomana con letra en español, desde los tsifteteli de las tabernas hasta las canciones de prisión pasando por los cantos del comienzo del Shabbat, las canciones de las trabajadoras de las fábricas de tabaco de Tesalónica o los himnos religiosos que se cantaban en la sinagoga en español; incluso rebético interpretado en ladino, ese dialecto del castellano medieval con elementos del catalán, del portugués o del modo de hablar de Andalucía que es la lengua en la que se canta el flamenco. Canciones que hoy, día a día, van desapareciendo con el cambio generacional de esta comunidad que quedó prácticamente aniquilada durante la II Guerra Mundial.
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Ευχαριστώ θερμά όλους τους καλλιτέχνες για την ευγενική παραχώρηση φωτογραφιών, κειμένων και βίντεο.
Εμμανουέλ Βιναντέρ
Publicado por
Νίκος-Εμμανουήλ
en
21:56
jueves, 5 de noviembre de 2015
«WE ALL ARE GREEKS» - FILOHELENISMO E IDENTIDAD EUROPEA [13. - 15.11.2015]
Publicado por
Νίκος-Εμμανουήλ
en
19:29
domingo, 1 de noviembre de 2015
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