sábado, 20 de diciembre de 2008

FIVOS DELIVORIÁS

Foto: Chrisa Rouska

Dedicado a "Mardemarzo"
(Ένα μικρό δώρο για μια μεγάλη φίλη!)


Mientras escribo estas líneas, Fívos Delivoriás está participando junto a otros cantantes y compositores griegos en un gran concierto que tiene lugar en los Propileos, en Atenas. Se trata de un acto cultural contra la represión del Estado, en solidaridad con el levantamiento que durante estos días lleva a cabo la juventud griega y, por supuesto, en recuerdo del joven de quince años Aléxandros Grigorópulos, asesinado por la Policía el pasado día 6 de diciembre.

Creo, pues, que hoy es el día indicado para dar a conocer a este cantautor griego de envolvente personalidad y de inclasificable estilo. Fivos Delivoriás es un hombre comprometido con su país y con su tiempo. Un poeta de l
o cotidiano cuyas canciones no dejan indiferente a nadie. Sus temas (auténticos poemas musicados) distan mucho de ser canciones de "usar y tirar". Delivoriás bien podría ser ese amigo que camina contigo por la calle mientras te habla del amor, de su padre, del papel que en nuestras vidas juegan la televisión y las nuevas tecnologías, del valor que concedemos a las palabras, de las nuevas generaciones que no consiguen encontrar su identidad o, por ejemplo, del acontecer diario en el exclusivo barrio de Kolonaki a través de los ojos de un perro. Fivos Delivoriás nos ofrece su visión de la vida mostrándonos su universo personal, lleno de ternura y, en ocasiones, de surrealismo. Nos llama la atención sobre las pequeñas cosas, los pequeños detalles que constituyen la vida y que muchas veces parecemos ignorar .

Fivos Delivorias nació en Kalicea en 1973. Desde su más tierna infancia mostró unas especiales dotes tanto para la música como para la poesía. A los 12 años ya escribía las letras de sus propias canciones e iba a clases de guitarra clásica y harmonía. Profesor suyo durante algunos años fue otro insigne cantautor griego: Orfeas Peridis, quien también tendrá su espacio en la sección "Voces Griegas" de este blog en días venideros.


Cada septiembre
"Y qué tiene el sol que yo no pueda darte
él por la noche se cierra y yo permanezco abierto
y si consigo derretir tu hielo
cada septiembre todo se llenará de luz".

Con tan sólo 15 años, Fivos Delivoriás se plantó un día nada menos que ante Manos Jatsidakis y tras decirle: "Buenos días, señor Jatsidakis. Soy un colega suyo y quiero que escuche mis canciones", le entregó una cassette que contenía algunas de sus creaciones. El resultado de semejante atrevimiento fue le grabación y puesta en circulación, un año más tarde, del primer disco de Fivos Delivoriás: (Παρέλαση/Desfile). Un trabajo sorprendentemente maduro, tanto en las letras y en los arreglos musicales como en la propia voz del cantante. Jatsidakis dijo en la presentación del disco: "Delivoriás constituye una viva y original presencia en la verdadera canción actual de nuestro país... "


Quiero superarte
"Quiero olvιdarme de ti y no encuentro el vino
que me emborrache hasta que te vayas lejos
de mis ojos

y ¿qué culpa tiene el agua que no se bebe?

quiero superarte pero no es posible."

Transcurrió bastante tiempo (estudios de por medio) hasta la aparición en el mercado, en 1995, del segundo disco de Fivos Delivoriás: (Η ζωή μόνο έτσι είναι ωραία/Sólo así la vida es bella). Este disco representa la decisión de Fivos de dedicarse profesionalmente a la música. En este segundo disco encontramos un mosaico de diferentes estilos musicales. Desde el rap hasta la bossa nova, pasando por el laikó, el rebético y la balada.


Esta que pasa
"Esta que pasa, esta que pasa
a ésta preguntémosle a ver dónde va
a ésta preguntémosle nuestro destino
que su camino desconocido encuentre el nuestro."

Tres años después, en 1998, circula el tercer disco de Fivos Delivoriás (Χάλια/Fatal), en el cual particia en una canción la cantante Keti Garbí, bien conocida por todos los eurofans, ya que representó a Grecia en el Festival de Eurovisión de 1993. Al mismo tiempo, Delivoriás también participa en discos de otros artistas y realiza conciertos en directo junto a su antiguo profesor de guitarra, Orfeas Peridis, y con Dionisis Savópulos. El público escucha y descubre a un cantautor con un destacado sentido del humor, con una gran soltura a la hora de expresarse con las letras y de comunicarse con el público.


El espejo
"Ya sé que todos creen en espejos,
en pantallas, en fotocopias y proyectores

hasta han sacado juegos donde los jugadores
viven en una pecera y los vemos todos nosotros".

En 2003 ve la luz el cuarto disco de Delivoriás: (Ο καθρέφτης/El espejo). Esta nueva producción confirma a Fivos como uno de los más originales cantautores del panorama musical de Grecia y también como un genial retratista de la época que le ha correspondido vivir. El artista consigue crear rápidamente imágenes en la mente de quien escucha sus canciones gracias a un magistral manejo de las palabras. Canciones que invitan a pensar, a reflexionar sin dejar por ello de ser temas absolutamente aptos para ser bailados.


El pincel
"Sacaré este disco con las pinturas
para crear desde el principio la música que quieres
para echar luz en el rostro que escondes
y si quieres escucharlo, págalo tú también."

Tras cuatro años sin publicar ningín disco, en 2007 aparece el quinto álbum de Fivos Delivoriás: (Έξω/Fuera). El artista nos lleva de nuevo a su mundo personal combinando a la perfección, como de costumbre, bien construídas melodías acompañadas por inteligentísimos versos, un agudo sentido del humor y una voz muy personal. De nuevo la vida cotidiana hecha canción, de nuevo un retrato de nuestro tiempo. Reflexiones sobre el destino, sobre el amor, sobre esa música de "usar y tirar"... Delivoriás dedica algunos de sus versos a la gran estrella de la música pop de hoy en día en Grecia, Mijalis Jatsiyiannis, y le espeta directamente a la cara la dudosa calidad de sus éxitos musicales (hecho que levantó no pocas reacciones en los medios de comunicación griegos, como se puede comprobar, por ejemplo, aquí).


El destino
"Lo más seguro es que otra vez arranqué tarde
y voy a pie, embobándome, mirando sin cesar
hormigas que cavan en las ruinas del mundo
me dicen que excave yo también, pero vacilo".

Hace tan sólo unas semanas que circula en Grecia el sexto trabajo de Fivos Delivoriás (Οι απίθανες περιπέτειες του Φοίβου/Las improbables aventuras de Fivos), un doble cd más un dvd recopilatorio de las mejores actuaciones en directo del cantautor.

Pongo fin aquí a esta reseña sobre Fivos Delivoriás, una rara avis dentro del panorama musical helénico. Un hombre fiel a sus principios
desde que debutó en el mundo de la música a una edad muy temprana, hace casi ya veinte años. Un ser humano comprometido con su país y con su tiempo, siempre dispuesto a aportar su grano de arena cuando sus conciudadanos lo necesitan, como bien demostró durante los incendios que asolaron Grecia el año pasado, o hace tan sólo unas horas, participando en un concierto para decirle "¡basta!" a la maquinaria del Estado que oprime y reprime, para estar al lado de las ilusiones de la juventud, para que la pérdida de Alexis no quede nunca en el olvido. Fivos estaba allí. Otros, más cercanos al estrellato y a la fama, se quedaron en casa o, simplemente, guardaron silencio.